Tucumán. Agitación y fraudes.
Todo el montaje de Tucumán apuntaba a un solo lugar: fraguar un motivo para elevar la indignación de los analfabetos políticos de siempre. Y lo obtuvieron. Habría que ver quién les dio el pasto necesario. Pero lo consiguieron. Anticiparon todos los movimientos y pusieron el quilombo en las cámaras durante tres horas. Porque sabían que la policía de Tucumán tiene el palito de abollar ideologías celoso, porque estaban esperando la jugada que comenzó cuando la plaza estaba llena, en fin, porque nada se estaba desarrollando sin control. Por eso la convocatoria a la marcha fue hecha antes de conocerse cualquier dato.