Bailo celebrando la entrega de la soberanía y ya más relajado aún en su regreso mientras se difundía la imagen de Lagarde al comando y sin importarle nada de nada pasó a buscar a su hija por el jardín en el helicóptero comprado para la supuesta lucha contra el narcotráfico por módicos diez palos verdes.
Feliz, se carga en todo y en todos mientras abajo aguardamos que el agua nos llegue al cuello.
Ixx, set2018
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