.imaginario y realidad

“... la configuración del sentido común es inherente a la construcción social de la representación que llamamos ‘lo real’, ya que en ese proceso se constituyen también una visión del mundo y una lectura de lo que se considera como ‘lo correcto y lo verdadero, en un determinado punto del tiempo histórico’. Lo cual compromete no sólo una ‘descripción’ del mundo en tanto ‘lo real’, sino una ‘valoración’ axiológica de ese mundo y los sujetos que lo habitan...”. (H.D.Aguilar)

sábado, 25 de marzo de 2017

Cambiemos la clase media (por lasbalasdelcampanario blog)

"¿Tenemos que esperar que la injusticia nos toque?. [...] el mayor factor limitante que tendrá el neoliberalismo para plasmar su programa regresivo y de ajuste es su inteligencia en cuanto a su relación con ese mayoritario sector social."

http://lasbalasdelcampanario.blogspot.com.ar/2017/03/cambiemos-la-clase-media.html


sábado, 25 de marzo de 2017

Cambiemos la Clase Media..

Hace un tiempo afirmamos que la clase media, a la sazón de un futuro bienestar, no tendría problemas en no ver ciertas cuestiones debido a que estaría, primero asimilando y luego admitiendo por conveniencia su "necesaridad". Un 20% de desocupación o un 35% bajo la línea de pobreza serían considerados daños colaterales, o en su defecto serían gratamente invisibilizados, como ocurrió durante la dictadura y durante la segunda década infame, en donde los gobernantes primero peronistas y luego radicales no omitieron ninguna de las letras neoliberales, ni las grandes, ni las chicas. Esta derecha actual tiene la experiencia de la anterior y no cometerá los mismos desaguisados, aunque muchos de esos sectores medios hayan comenzado a exponer en las calles sus disgustos.

Hace décadas que el mundo está en una crisis terminal por goteo y siempre resuelve por derechas. Es más psicológico y sociológico que político. El feudalismo duró 700 años hasta que en su faz "evolutiva" se reconvirtió hacia el capitalismo, era más económico tener esclavos en comarcas lejanas proveedoras de materias primas que vasallos en los alrededores de los centros de poder. No me parece que haya sido una salida incluyente. Jamás se me ocurriría deslindar el contexto global de nuestras limitaciones. La cosa tiene que ver más con nosotros y nuestro "ser" esponja. Hasta qué punto nuestra clase media es quebrable por el sistema. Convengamos que hasta ahora y a pesar de todo lo nefasto realizado el ejecutivo la lleva cómodo.

Hoy aún existe un grueso colchón adquisitivo que dejó el kirchnerismo en estos sectores medios, ingresos susceptibles de ser depurados “a piacere” por el neoliberalismo en tanto el discurso se haga carne: No eran derechos era una fiesta del despilfarro. Hay una mecánica comunicacional dominante que habla de despilfarro. El punto de inflexión de la reacción será cuando la clase media se de cuenta que la están esquilmando. Hoy por hoy esa baraja regulatoria la tiene el neoliberalismo con sus voceros. La salida de la segunda década infame se dio cuando les confiscaron los ahorros, diez minutos antes de este evento todo era invisibilizado, incluso el propio penar de su colectivo de clase. Por entonces yo estaba en el Banco Francés. En esos tres últimos años de aquel período, so pretextos "eficienticistas", globales y "reingenieriles" los despidos y los retiros bajo presión eran moneda corriente, Zanola bien gracias, y los laburantes asimilaban el hecho con total subsumisión como algo necesario muy a pesar de que estábamos en plena fusión con una de las entidades más poderosas del mundo financiero internacional: el BBVA, holding que no sólo se chupó al Banco de Crédito de Santibañez, al Francés de Otero Montsegur sino también a la Corp Banca cuyana, incluyendo un plan de expansión de sucursales que de a poco fue cerrando (¿Lavado de burbujas foráneas?). En ese momento aquel laburante de clases medias menospreciaba la marginalidad, la exclusión, la desocupación, la pauperización, la desindustrialización, se mostraba desinteresado sobre el Indec y sus estadísticas, no estaba en su agenda cotidiana hasta que le tocaron los ahorros que ese perverso y excluyente sistema les proveyó.

Lo que me propongo con el presente texto es tratar de racionalizar su histórico y global comportamiento cuando estuvo de cara a gobiernos, democráticos, de facto o proscriptores, que sin pudores proponían la exclusión de una parte de la población y cómo esos gobiernos limitaron su accionar ante las demandas. Por eso afirmo que del neoliberalismo en ejercicio dependerá la superviviencia de su modelo. En otras latitudes tristemente "funciona". Es la pregunta del millón, ¿Tenemos que esperar que la injusticia nos toque?. Por eso considero que el mayor factor limitante que tendrá el neoliberalismo para plasmar su programa regresivo y de ajuste es su inteligencia en cuanto a su relación con ese mayoritario sector social.

Por lo visto una muy buena parte de nuestra sociedad no está interesada, en el marco de la coyuntura, que el modelo contenga, incluya. Estos amplios sectores se han subsumido a la tecnocracia financiera que proponen los Ceos gobernantes entendiendo que ésta merece de sacrificios humanos, siempre de otros. Si luego de este exitoso y potente shock pragmático e ideológico las clases medias logran estabilizar sus intereses prácticos, la alianza antes mencionada se solidificará y durará mínimamente hasta la próxima crisis, coyuntura que existirá en tanto y en cuanto el propio sistema no piense en su superviviencia, vale decir, tratar de no llegar a un diciembre del 2001. En el presente observamos a dirigentes políticos, sindicalistas, empresarios, antes oficialistas, hoy también, analizando las recetas del presente como las únicas posibles. Dicho esto la alianza ideológica transversal está en marcha y acomoda los melones a medida que el carro avanza sin ningún tipo de deconstrucción o análisis sobre las causas y los efectos de sus espasmos.

Publicado por Gustavo Marcelo Sala en 5:33

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