Papelitos
La nueva gestión porta sus costumbres empresario-mafiosas al gobierno. Entre empresarios el primer mandatario se siente a sus anchas y esta visto también que más que las formalidades ama las roscas, no las de Homero, Ud. sabe...
Fiel a su estilo de actuar y hacer por capricho elige el atajo del papelito-juramento y la correspondiente repercusión y aprobación mediática que da por descontada porque convengamos que este mamarracho no podría ser posible con medios de comunicación un poco serios.
La ley no es lo suyo, nunca lo ha sido, y a lo largo de su vida aprendió de su padre el valor del lobby y de los contactos, indiscutible base de su fortuna. Sin ir más lejos, el contrabando de autopartes le resbaló gracias a jueces amigos mientras cualquiera iría en cana por entrar con una notebook ilegal al pais. Esa ley que no puede modificar ni esperar obliga a esta jugada maestra digna de salita naranja al igual que la idea de la ley de la felicidad. Una vez más: da vergüenza ajena.
Y ahí va. ¿Alcanzará este papelito para montar la apariencia de una genial jugada política?
IXX-may2016
http://rambletamble.blogspot.com.ar/2016/05/la-movida-no-puede-ser-mas-precaria.html
5/10/2016
la movida no puede ser más precaria
Leemos a continuación en NestornautasEl “compromiso” que firmaron buena parte de los empresarios más importantes del país ayer en la Casa Rosada dice bastante más que lo que expresan sus pocas líneas.
Primero que nada, está diciendo que el proyecto de ley anti-despidos pegó bastante más duro de lo que el gobierno de Macri estaba dispuesto a admitir, hasta el fin de semana por lo menos.
Hasta entonces Macri dejó en claro que estaba en contra, pero que si prosperaba lo iba a vetar, sin importarle los costos políticos que tuviera que pagar por eso.
La apresurada convocatoria a los empresarios (urdida en el mismo fin de semana en que -tapa de Clarín mediante- el gobierno blanqueó que hay recesión) demuestra todo lo contrario: el gobierno se vio forzado a poner el tema de los despidos en la agenda, y tocar pito a la tropa propia (los empresarios) para que cerrara filas en torno a su gobierno; buscando así frenar la ley; que aun vetada le infringiría una dura derrota política.
Tropa propia, dijimos: queda claro que para Macri eso son los empresarios, por encima incluso de sus socios políticos en "Cambiemos" (comenzando por la UCR), ninguneados en la convocatoria.
Que a un acto multitudinario en el que convergieron personas y organizaciones que tienen en muchos casos profundas diferencias políticas y sindicales para enfrentar sus políticas Macri le responda con un un documento de seis párrafos firmados por los principales popes empresarios del país, es todo un símbolo de los modos de hacer política que hoy están en disputa. Y también un explícito ninguneo a la capacidad de movilización del sindicalismo, que puede ser otro gesto de soberbia que en el futuro el gobierno termine pagando caro.
Claro que un giro discursivo tan brusco en tan corto tiempo (de negar la crisis de empleo y sostener que se estaban creando puestos de trabajo, a pedirles a los empresarios que se comprometan por escrito a no despedir) tampoco es posible de hacerse sin pagar costos en el camino.
Desde el punto de vista institucional, la movida no puede ser más precaria y consagratoria de las leyes de mercado, como sucedáneos pobres de la regulación del Estado y sus órganos surgidos de la voluntad popular: se reemplaza la fuerza de una ley -como tal, exigible incluso coercitivamente por medio de los tribunales- por un compromiso endeble entre gente acostumbrada a faltar a su palabra, puesta por escrito o no.
Todos ellos: los empresarios (evasores, fugadores seriales, habitués de las off shores y los paraísos fiscales) y el gobierno, que ejecuta desde la gestión una a una -con precisión quirúrgica- las medidas que en la carrera electoral desmintió bajo el rótulo de campaña del miedo". Y que tiene además en sus filas a cultores habituales de los peores vicios de nuestro empresariado, como que lo son, comenzando por el propio Macri.
El “compromiso” ni siquiera encierra la promesa empresarial de dejar de aumentar los precios (otro problema que el gobierno se empecina en negar, minimizar o atribuir a la “pesada herencia recibida”), y habla de “no reducir nuestros planteles de empleados”: ¿acaso un subterfugio para reemplazar futuros despedidos que significan una mayor carga a la patronal por su antigüedad, salarios y beneficios, por jóvenes precarizados del programa “Primer Empleo” propuesto por el gobierno? Si así lo hicieran, no faltarían a su “compromiso”: mantendrían los planteles.
Es posible que la movida represente una soga tendida a Massa, para permitirle justificar su enésima voltereta discursiva a favor del gobierno, y otro tanto para los sectores del sindicalismo que se sienten claramente incómodos confrontando con el gobierno de Macri; y que ayer dieron el presente a la convocatoria presidencial, como vemos acá.
Por otro lado ningún empresario Pyme (ni siquiera con el pretexto de la preocupación por la doble indemnización, o la prohibición legal de despedir) en su sano juicio podría suscribir un documento que dice (palabras más, palabras menos) que "estamos mal pero vamos bien", o que el rumbo económico del gobierno es el correcto.
Está por verse -sin embargo- si el "compromiso" firmado ayer sirve para detener el proyecto anti-despidos en el Congreso, y eximir a Macri de vetarlo. En caso contrario, la derrota política del presidente y el gobierno se agravaría, en lugar de amortiguarse.
Pero lo más preocupante del documento está en los párrafos (que ocupan la mitad o más del escueto texto, lo que cual da una idea de su importancia) en los que los empresarios firmantes adhieren sin reservas al rumbo económico del gobierno: por allí comienza y termina el documento, signo claro de cual es su verdadero propósito.
Que no es precisamente el de preservar los puestos de trabajo, amenazados o perdidos, -justamente- por esas políticas que los empresarios convalidan con su firma en el texto. Lo que busca el documento impulsado por Macri es exhibirle a la oposición sus “músculos”, es decir la consistencia, el espesor y la fortaleza de los intereses que verdaderamente lo sostienen en el gobierno, que no son precisamente los millones de votos que obtuvo en el balotaje; ni muchos menos los bloques legislativos de "Cambiemos", ausentes en la movida como se dijo antes.
Antes las dudas que surgieron en las últimas horas y tras el ostensible fracaso de la cumbre de Olivos de hace unas semanas (si hubiera servido para algo, éste “compromiso” no hubiera sido necesario), ahora Macri exige una pública profesión de fe de los principales empresas y grupos y entidades empresariales del país, sobre el acompañamiento a su gobierno.
Algo así como “éste es su gobierno, yo estoy acá para hacer lo que ustedes reclamaban, ahora salgan a defenderlo”. Y así lo estarán haciendo los que firman el documento, cuyo texto no da lugar a ninguna duda al respecto.
Con lo cual en el futuro estos mismos empresarios que hoy hablan de “dificultades de corto plazo” (alineándose así con el discurso oficial del “ajuste doloroso pero inevitable”) no podrán despegarse de las consecuencias de la implementación del programa económico y social que está llevando adelante Macri, porque -lo reconozcan o no- las buscaron.
Con el sostenimiento del empleo, poco, con la lucha contra la inflación, nada, en el sostenimiento de un programa económico que está destruyendo puestos de trabajo, salarios y tejido social y productivo, todo. Niveles de compromiso, que le dicen.
Publicado por Agustín Pineau en 11:27:00 a.m.
1 comentario:
Norberto dijo...
Este comentario lo subí a Nestornautas como consecuencia del post, y me parece conveniente repetirlo aquí, por lo que lo dejo a su discreción Artemio
"A la teoría del derrame yo suelo oponer la de regar una planta, está confirmado que el derrame no existe, según Lozano, el Obispo de Gualeguaychú, porque cuando está por derramar cambian el recipiente por uno mas grande, yo en cambio opino que el recipiente tiene una manguera de rebalse que está conectada directamente a las guaridas fiscales.
En cambio si uno riega el suelo de una planta, esta la toma junto con los nutrientes y alimenta todos los componentes la misma, creo que fue el padre del neolib, Friedman, quien hablo alguna vez de arrojar dinero desde un helicóptero, este concepto es mejor, porque satisface las necesidades de quienes menos tienen y al mismo tiempo en etapas sucesivas se redistribuye por todo el cuerpo social.
Pero hay algo mas, un error fundamental, tratar fenómenos netamente dinámicos como si fueran estáticos, tanto como que su paradigma es el equilibrio.
Lo que quiero decir es que lo que debe obtener es la estabilidad dinámica, es decir que aparecida una perturbación la respuesta del sistema, en este caso la economía, sea convergente con la nueva situación o estado de referencia.
Por definición los equilibrios pueden ser estable, inestable o indiferente, los dos sgundos son la paz de los cementerios, es decir la que tendríamos, por ejemplo, al secar la plaza de dinero para matar la inflación resultado de algo mas importante que el quite de retenciones que se ha sumado, que es la devaluación, y el incremento de costos que esta provocó en los productos y servicios de todo tipo.
Y digo tendríamos porque subir los costos fijos y reducir las ventas requiere nuevos aumentos para cubrir los primeros con las segundas. con lo que alguna vez se logrará ese equilibrio estático cuando los movimientos sean mínimos.
Las ecuaciones y analogías para estudiar la estabilidad dinámica existen desde hace no menos de setenta años, pero nunca se aplicaron a la economía porque se corresponden con algo mas que las previsiones teóricas en base a histogramas de variables en condiciones de laboratorio, que bien podrían aplicarse esa nueva forma de encarar el análisis de las consecuencias de determinadas medidas económicas."
Nunca menos y abrazos
10 mayo, 2016 14:51