.imaginario y realidad

“... la configuración del sentido común es inherente a la construcción social de la representación que llamamos ‘lo real’, ya que en ese proceso se constituyen también una visión del mundo y una lectura de lo que se considera como ‘lo correcto y lo verdadero, en un determinado punto del tiempo histórico’. Lo cual compromete no sólo una ‘descripción’ del mundo en tanto ‘lo real’, sino una ‘valoración’ axiológica de ese mundo y los sujetos que lo habitan...”. (H.D.Aguilar)

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Percepción y tiempo

Simplifiquemos qué se vota el domingo.
Se proponen dos modelos socioeconómicos, uno claramente favorable a las clases dominantes y el otro en representación de la producción, el trabajo, el ascenso social, la universalización de salud, la educación y la protección de la ancianidad, vale decir las capas medias y bajas de la sociedad.
Pero aquí entra en juego otra cuestión.
Ya se sabe que ciertas franjas sociales tienen definida su elección por su pertenencia pero otras van a elegir por su supuesta pertenencia y lo que entra a tallar aquí es la autopercepción que se tiene. Los valores y creencias que unifican con un determinado grupo que puede no ser precisamente el propio se presentan más a menudo en sectores borde es decir en los que están en contacto con el grupo inmediato. Abajo hay una ilustración estadística de 2013 que aplica bien para lo que quiero decir porque aunque cambien las cifras la forma del gráfico es lo que quiero destacar.

Los dos grandes grupos del centro de la imagen derecha involucran los sectores medios que a pesar de tener necesidades diferentes se aúnan en una identidad conformada por el acceso a la información y la convivencia en común en los barrios, en los lugares de trabajo, donde el que apenas llega a fin de mes se solidariza con el que no puede comprar dolares para ahorrar o invertir. No percibe que hay un abismo entre ambos, pero se permite soñar y prefiere creer que pertenece al otro grupo privilegiado, de acceso al consumo preferencial.
Esto lo han sabido manejar muy bien los comunicadores afines al partido
Cambiemos capitalizando esa autopercepción equivocada que se cuida de mantener en la misma situación porque este votante puede vivir en una ensoñación pero no es estúpido, no se le puede decir todo lo que se va a hacer porque huiría espantado y por esto se llama a silencio a los economistas que constituyen el corazón de un partido puramente economicista como manda su espíritu neoliberal y hasta el mismo candidato a presidente debe ser encubierto a menudo para que no se desboque, por esto solo se promete alegría, fiesta y colores desde la pata política de la agrupación y para bajar línea cuenta con la pata mediática que tiene mejor llegada a las clases mencionadas y que son no solo intérpretes de las maravillas por venir sino que son los profetas cotidianos del apocalipsis que vivimos, así el partido de gobierno es la suma de todos los males y el candidato de la derecha es apenas menos que el mesías.
Así esta gente cree que el cambio es inevitable, que el ajuste es necesario, que habrá que ayudar ajustándose por un tiempo, etc. Contra esto hace mucha falta comunicación, concientización y tiempo. Es una tarea que debe articular diversas disciplinas y meterse entre esta gente de otra manera, por otros medios que ya están al alcance de todos y habrá que aprender su lenguaje y sus métodos. Estoy hablando de un cambio de sentido y de acá al domingo solo se dispone de militancia y propaganda que ojalá alcance para torcer las voluntades necesarias para superar el 50 + uno que soñamos.

IXX-nov2015








2 comentarios:

  1. Mirá, yo probablemente esté en la parte de arriba (no tan arriba, pero arriba) de esa pirámide. Pero no soy pelotudo. Cuando supuestamente estaban gobernando en favor de nosotros, me fue para el tujes. Y ahora, que están gobernando para los de más abajo, me va mucho (pero mucho) mejor. Y no sólo a mí, a todos los ganaderos.
    Pero claro, me cuesta más encontrar peones, porque la mayoría de los que sirven para algo ya tienen trabajo. Y los demás no se arrastran por unas monedas.
    Claro, me es un poco más difícil conseguir repuestos importados, y los nacionales hay que rastrearlos hasta encontrar al tipo que los fabrica; pero medidos en kilos de novillo (es lo que yo vendo) son bastante más baratos que en los 90.

    En suma, estamos mucho mejor que en los 90; estamos mucho mejor que lo que vamos a estar si gana Macri. Pero mis vecinos ganaderos votan a Macri. Quizá porque en los 90, casi todos teníamos autos usados, pero los negros no tenían más que una bicicleta. Así que mi vecino va a votar a Macri, porque la diferencia entre el Mercedes que tiene ahora con el Gol que tiene su empleado es menor que la del Falcon que tenía con los pies de su peón. Y porque lo va a poder tener en negro, y lo va a poder echar cuando quiera, gratis. Por todo eso lo va a votar a Macri.

    Al menos me va a permitir cagarme de risa de él cuando tenga que vender el Mercedes. Algo es algo.

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    1. Es cierto y me gustaría creer que se trata de ignorancia y no de avaricia (¿y algo de envidia tal vez?) porque con educación se puede concientizar pero lo otro no tiene arreglo.
      En realidad me conformo con recuperar una franja que ayude a traspasar el 50%. Más adelante veremos.

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