La simpleza de La Nación - Cisne Negro
Las premoniciones del editorial de La Nación se parecen más a una expresión de deseos que a un análisis concienzudo. Sin ahondar demasiado, el solo uso del remanido paralelismo con el fascismo y/o el nazismo no resiste mayores análisis especialmente de un medio nutrido de exjóvenes militantes filofascistas o pro dictatoriales (y convengamos ue nuestras dictaduras no fueron precisamente socialistas), hoy mayores los mismos editorialistas que han sido sospechados de espionaje ¿No es esto acaso lo mismo que dicen que la ley pretende promover? ¿Cómo es esto? ¿Esta bien que ellos lo hagan pero no el gobierno? Bueno...
IXX-jul2015
http://www.lanacion.com.ar/1808811-el-sobrevuelo-del-cisne-negro
Jueves 09 de julio de 2015 | Publicado en edición impresa
Un gobierno que se caracterizó por el empleo en beneficio propio de los servicios de inteligencia (1) hasta el punto de desnaturalizarlos y conducirlos a la ilegalidad ha modificado por decreto la flamante ley de inteligencia para crear una Dirección de Inteligencia sobre Delincuencia Económica y Financiera.
Esta nueva dirección de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, la ex SIDE) obedece, según el Gobierno, a la necesidad de enfrentar "los atentados contra el orden constitucional y la vida democrática" que podrían llevar a cabo no sólo grupos militares y políticos, sino también económicos y financieros, que podrían desatar "corridas bancarias, cambiarias, desabastecimientos y golpes de mercado".
Es evidente que, en manos de una administración que ve o fabrica enemigos inexistentes que a menudo sirven para ocultar la propia torpeza, como ocurre en materia económica y financiera, una caracterización tan laxa de los objetivos de la nueva dirección puede permitir una verdadera caza de brujas.
Nassim Taleb, un reconocido sociólogo estadounidense de origen libanés, impactó ocho años atrás con su teoría de los hechos impredecibles y de fuertes efectos sobre el devenir histórico de una sociedad. Para calificarlos utilizó la denominación metafórica de "cisne negro". En su teoría no necesariamente las consecuencias de un cisne negro deberían ser siempre negativas; sin embargo, en la jerga económica o sociológica de hoy se lo usa y asimila a imprevistos cuasi catastróficos.
Es bajo esta comprensión que cuando hablamos en este editorial del sobrevuelo de un cisne negro queremos decir que advertimos la posibilidad de un acontecimiento que altere el rumbo aparentemente tranquilo de la evolución socioeconómica. Puede objetarse que entonces ya no sería imprevisible, pero también debemos agregar que un ave que sobrevuela podría no posarse nunca. De lo que hablaremos es de la posibilidad de que ese cisne descienda y se plante frente a nosotros antes del próximo 10 de diciembre.
¿Qué tipo de acontecimiento puede tener tan fuerte impacto? Nunca puede descartarse algún escándalo personal o de corrupción que haga imposible sostenerse a quienes ejercen el poder. Sin embargo, ya han ocurrido escándalos que en cualquier otro país hubieran obligado a un presidente a renunciar, pero aquí han sido asimilados sin producir esa consecuencia. Los hechos de corrupción han sido monumentales, obvios y profusamente difundidos, pero la Justicia no ha logrado sentencias ni encarcelamientos y la gestión de la Presidenta preserva un porcentaje significativo de aprobación. Gran parte de la sociedad argentina digiere la corrupción.
El cisne negro del que nos ocupamos aquí es una situación de pérdida de control de la conducción económica que produzca una reacción social caótica. Es, por ejemplo, el caso de una corrida cambiaria con su consecuente corrida bancaria que lleve a imponer un corralito de depósitos y a acentuar el cepo cambiario. ¿Por qué podría suceder esto? Porque se dan simultáneamente grandes distorsiones acumuladas que hacen evidente una corrección traumática de un modelo económico que ya no es sostenible.
El déficit fiscal se ha convertido mes a mes en una imparable diarrea. Y eso que no se pagan sentencias judiciales ni muchos otros compromisos reclamables. Los costos internos aumentan al ritmo de la inflación, que ha encontrado un piso y que, a pesar de la situación recesiva y el ancla cambiaria, retomará inevitablemente una tendencia alcista. El Gobierno no tiene forma de absorber la emisión monetaria porque se enfrenta un alto gasto cuasi fiscal por efecto de los intereses que paga por el stock de letras del Banco Central. También tiene un límite en la colocación de bonos, por los que debe pagar también altísimos intereses. El retraso del dólar coloca el tipo de cambio real comercial en un nivel tan bajo como el previo a la salida de la convertibilidad. Las economías regionales están quebradas y el saldo externo comienza a ser negativo. Si se redujeran los derechos de exportación, aumentaría el déficit fiscal.
Un cuadro como éste termina indefectiblemente en una fuerte devaluación. Ésta será tanto más incontrolable cuanto menor sea la confianza que despierte el gobierno que surja de las próximas elecciones. El extremo de la caída de confianza ocurriría si quien venga pretendiera seguir con el "modelo". Pero hay un hecho objetivo: cualquiera sea el pronóstico electoral, habrá devaluación. A medida que se aproxime la fecha del 10 de diciembre, para retener pesos argentinos se exigirá una tasa nominal de interés creciente. Cuando sólo falten 30 días no habrá tasa de interés en un plazo fijo que compense la magnitud pronosticada de una devaluación. Entre hoy y el 10 de noviembre veremos una creciente tendencia a desprenderse de los pesos para transformarlos en bienes o en dólares. Esto presionará sobre los precios y sobre la brecha cambiaria. La gente y las empresas querrán desprenderse más rápidamente de la moneda argentina, aumentando su velocidad de circulación. El efecto será equivalente al de mayor emisión, redoblando el impacto inflacionario.
Éste es el cisne negro que revolotea sobre nosotros. También el Gobierno parece estar mirándolo. No es casual que haya creado una división de espionaje para identificar y perseguir a quienes sean acusados de provocar corridas o producir un "golpe de mercado".
Preparémonos para observar una caza de brujas que busque preservar electoralmente a un gobierno que mucho ha aprendido de Joseph Goebbels. (2)
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IXX-jul2015
La teoría del Cisne Negro o teoría de los Eventos del Cisne Negro es una metáfora que encierra el concepto de que cuando un evento es una sorpresa (para el observador) y tiene un gran impacto, después del hecho, este evento sorpresivo es racionalizado por retrospección.
La desarrolló Nassim Nicholas Taleb para explicar:
El desproporcionado papel de alto impacto, difícil de predecir, y los eventos extraños que están fuera del ámbito de las expectativas normales de la historia, la ciencia, las finanzas y la tecnología.
La no computabilidad de la probabilidad de los eventos raros consecuenciales utilizando métodos científicos (debido a la naturaleza misma de las probabilidades pequeñas).
Los sesgos psicológicos que hacen a las personas individual y colectivamente ciegas a la incertidumbre e inconscientes al rol masivo del evento extraño en los asuntos históricos.
A diferencia del problema filosófico anterior del cisne negro, la Teoría de Cisne Negro (en mayúsculas) se refiere sólo a los eventos inesperados de gran magnitud, consecuencia y su papel dominante en la historia. Estos hechos, considerados atípicos extremos, colectivamente juegan roles mucho más grandes que los eventos regulares. (fuente: wikipedia)
En concreto, afirma Taleb4 en el New York Times:
Lo que aquí llamamos un Cisne Negro (y con mayúscula) es un evento con los tres atributos siguientes. En primer lugar, es un caso atípico, ya que se encuentra fuera del ámbito de las expectativas regulares, porque no hay nada en el pasado que puede apuntar de manera convincente a su posibilidad. En segundo lugar, conlleva a un impacto extremo. En tercer lugar, a pesar de su condición de rareza, la naturaleza humana nos hace inventar explicaciones de su presencia después de los hechos, por lo que es explicable y predecible.
Me detengo y resumo el triplete: rareza, impacto extremo y retrospectiva (aunque no prospectiva). Una pequeña cantidad de Cisnes Negros explica casi todo en nuestro mundo, desde el éxito de las ideas y las religiones, a la dinámica de los acontecimientos históricos, hasta los elementos de nuestra vida personal.
http://www.lanacion.com.ar/1808811-el-sobrevuelo-del-cisne-negro
Jueves 09 de julio de 2015 | Publicado en edición impresa
El sobrevuelo del cisne negro
No es casual que se haya creado una división de espionaje para perseguir a quienes sean acusados de provocar corridas o producir un "golpe de mercado".Un gobierno que se caracterizó por el empleo en beneficio propio de los servicios de inteligencia (1) hasta el punto de desnaturalizarlos y conducirlos a la ilegalidad ha modificado por decreto la flamante ley de inteligencia para crear una Dirección de Inteligencia sobre Delincuencia Económica y Financiera.
Esta nueva dirección de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, la ex SIDE) obedece, según el Gobierno, a la necesidad de enfrentar "los atentados contra el orden constitucional y la vida democrática" que podrían llevar a cabo no sólo grupos militares y políticos, sino también económicos y financieros, que podrían desatar "corridas bancarias, cambiarias, desabastecimientos y golpes de mercado".
Es evidente que, en manos de una administración que ve o fabrica enemigos inexistentes que a menudo sirven para ocultar la propia torpeza, como ocurre en materia económica y financiera, una caracterización tan laxa de los objetivos de la nueva dirección puede permitir una verdadera caza de brujas.
Nassim Taleb, un reconocido sociólogo estadounidense de origen libanés, impactó ocho años atrás con su teoría de los hechos impredecibles y de fuertes efectos sobre el devenir histórico de una sociedad. Para calificarlos utilizó la denominación metafórica de "cisne negro". En su teoría no necesariamente las consecuencias de un cisne negro deberían ser siempre negativas; sin embargo, en la jerga económica o sociológica de hoy se lo usa y asimila a imprevistos cuasi catastróficos.
Es bajo esta comprensión que cuando hablamos en este editorial del sobrevuelo de un cisne negro queremos decir que advertimos la posibilidad de un acontecimiento que altere el rumbo aparentemente tranquilo de la evolución socioeconómica. Puede objetarse que entonces ya no sería imprevisible, pero también debemos agregar que un ave que sobrevuela podría no posarse nunca. De lo que hablaremos es de la posibilidad de que ese cisne descienda y se plante frente a nosotros antes del próximo 10 de diciembre.
¿Qué tipo de acontecimiento puede tener tan fuerte impacto? Nunca puede descartarse algún escándalo personal o de corrupción que haga imposible sostenerse a quienes ejercen el poder. Sin embargo, ya han ocurrido escándalos que en cualquier otro país hubieran obligado a un presidente a renunciar, pero aquí han sido asimilados sin producir esa consecuencia. Los hechos de corrupción han sido monumentales, obvios y profusamente difundidos, pero la Justicia no ha logrado sentencias ni encarcelamientos y la gestión de la Presidenta preserva un porcentaje significativo de aprobación. Gran parte de la sociedad argentina digiere la corrupción.
El cisne negro del que nos ocupamos aquí es una situación de pérdida de control de la conducción económica que produzca una reacción social caótica. Es, por ejemplo, el caso de una corrida cambiaria con su consecuente corrida bancaria que lleve a imponer un corralito de depósitos y a acentuar el cepo cambiario. ¿Por qué podría suceder esto? Porque se dan simultáneamente grandes distorsiones acumuladas que hacen evidente una corrección traumática de un modelo económico que ya no es sostenible.
El déficit fiscal se ha convertido mes a mes en una imparable diarrea. Y eso que no se pagan sentencias judiciales ni muchos otros compromisos reclamables. Los costos internos aumentan al ritmo de la inflación, que ha encontrado un piso y que, a pesar de la situación recesiva y el ancla cambiaria, retomará inevitablemente una tendencia alcista. El Gobierno no tiene forma de absorber la emisión monetaria porque se enfrenta un alto gasto cuasi fiscal por efecto de los intereses que paga por el stock de letras del Banco Central. También tiene un límite en la colocación de bonos, por los que debe pagar también altísimos intereses. El retraso del dólar coloca el tipo de cambio real comercial en un nivel tan bajo como el previo a la salida de la convertibilidad. Las economías regionales están quebradas y el saldo externo comienza a ser negativo. Si se redujeran los derechos de exportación, aumentaría el déficit fiscal.
Un cuadro como éste termina indefectiblemente en una fuerte devaluación. Ésta será tanto más incontrolable cuanto menor sea la confianza que despierte el gobierno que surja de las próximas elecciones. El extremo de la caída de confianza ocurriría si quien venga pretendiera seguir con el "modelo". Pero hay un hecho objetivo: cualquiera sea el pronóstico electoral, habrá devaluación. A medida que se aproxime la fecha del 10 de diciembre, para retener pesos argentinos se exigirá una tasa nominal de interés creciente. Cuando sólo falten 30 días no habrá tasa de interés en un plazo fijo que compense la magnitud pronosticada de una devaluación. Entre hoy y el 10 de noviembre veremos una creciente tendencia a desprenderse de los pesos para transformarlos en bienes o en dólares. Esto presionará sobre los precios y sobre la brecha cambiaria. La gente y las empresas querrán desprenderse más rápidamente de la moneda argentina, aumentando su velocidad de circulación. El efecto será equivalente al de mayor emisión, redoblando el impacto inflacionario.
Éste es el cisne negro que revolotea sobre nosotros. También el Gobierno parece estar mirándolo. No es casual que haya creado una división de espionaje para identificar y perseguir a quienes sean acusados de provocar corridas o producir un "golpe de mercado".
Preparémonos para observar una caza de brujas que busque preservar electoralmente a un gobierno que mucho ha aprendido de Joseph Goebbels. (2)
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(1) PERIODISTAS Y SERVICIOS
Procesados por espionaje, indignados por la disolución de la SIDE
La ex mujer del fiscal Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, lleva adelante una causa por espionaje que incluye a Tata Yofre (ex SIDE); Roberto García, de Perfil; Edgard Mainhard, de Urgente 24; Héctor Alderete del portal SEPRIN, y Carlos Pagni, principal columnista de La Nación. La historia de un mail pinchado en 2007 y la "primicia" de Ámbito.
Juan Bautista “Tata” Yofre, Carlos Pagni y Roberto García, tres de los “periodistas” procesados por espionaje.(Foto InfoNews/InfoGEI)
Juan Bautista “Tata” Yofre, Carlos Pagni y Roberto García, tres de los “periodistas” procesados por espionaje.(Foto InfoNews/InfoGEI)
2015-01-30 POLÍTICA Por InfoGEI-P 11935
La Plata, 30 Ene (Por Nicolás Adet Larcher/APU/InfoGEI).- El anuncio de la creación de la Agencia Federal de Inteligencia por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner produjo un gran abanico de reacciones. Uno de los que salió a criticar (¿sorpresivamente?) con duros términos la decisión fue Juan Bautista “Tata” Yofre, ex Secretario de Inteligencia durante los primeros años de la década menemista.
En declaraciones en Radio La Red, Yofre defendió la labor del fiscal Nisman y agregó: “La SIDE no es un antro, es un organismo del Estado. Pero depende de quién lo conduzca va para un lado o va para otro”. En la entrevista marcó diferencias entre las gestiones menemista y kirchnerista.
Hasta acá una opinión más sobre un tema resonante. Ahora: ¿Quién es Yofre? “Tata” se encuentra procesado desde 2012 en una causa por espionaje a políticos, jueces y periodistas. Entre los acusados está el principal columnista de La Nación, Carlos Pagni. No deja de sorprender que el propio Pagni sea uno de los más indignados por el uso que se da los servicios de inteligencia.
Como ya se mencionó en otros artículos, la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex del fiscal Alberto Nisman, procesó a Yofre por ser la cabeza de una asociación ilícita que desde el año 2006 espiaba con pinchaduras de teléfonos y hackeo de mails a distintos personajes de la actualidad, entre ellos, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Según el fallo de Arroyo Salgado, a Yofre se le imputa la interceptación de correos electrónicos de CFK, Daniel Scioli, Alberto Fernández, Nilda Garré, Jorge Taiana, Héctor Timerman, Jorge Arguello y hasta de Héctor Icazuriaga, ex secretario de la Secretaria de Inteligencia, entre otros. El mecanismo de la banda delictiva se centraba en obtener información sobre las personalidades mencionadas mediante mecanismos de espionaje empleados por Iván Velázquez y Pablo Carpintero, para luego remitir dichos datos, a través de distintas cuentas de correos, a Carlos Pagni, Roberto García, de Perfil, Edgard Mainhard, de Urgente 24, y Héctor Alderete del portal SEPRIN. Además de ellos, también los correos iban dirigidos a Néstor Ick y al ex militar Daniel Manuel Raimundes.
Según la denuncia, Yofre cargaba la información desde su domicilio en calle Uruguay, en Capital Federal, en distintas cuentas de correos creadas para tal fin. Varios correos interceptados confirman el buen trato existente entre los imputados. Un mail se transcribe en el fallo en ocasión de mantenerse comunicado con el empresario santiagueño Néstor Ick:
- “Que tal Néstor El Tata. No es nada urgente, solamente para decirte que te mandé varias cosas al estudio para cuando llegues. Nos hablamos mañana. Un abrazo”
Ámbito Financiero lo supo antes
El fallo de Arroyo Salgado hace mención a un hecho sucedido el 5 de septiembre de 2007. Según la jueza, se hackeó “ilícitamente” una cuenta de correo de Isidro Bounine, secretario privado de Néstor Kirchner.
La información obtenida por Yofre refería a una reunión que Cristina – entonces senadora nacional – iba a mantener en la sede de la UIA. “Luego de ello, remitió los mails interceptados a Roberto García, cargándolos para ello en la cuenta receptáculo compartida entre ambos”, describe Arroyo Salgado. En aquél momento, García era periodista del diario Ámbito Financiero. El correo llegó con el nombre de “acá va todo lo de la UIA mañana. Desde las preguntas hasta la comida”.
No conforme con el envío, Yofre llamó por teléfono a García, según consta en el listado de escuchas telefónicas (549/550) solicitadas por la justicia, fs. 17.
- “Mañana va la candidata a la UIA no?, hablá con Marianita, te vas a hacer un show… pero manejalo vos eso…”
El viernes 7 de septiembre de 2007 que salió publicada una nota con la información titulada “Avatares del Golden Center”. Allí, en uno de los párrafos se comete un sincericidio: “Finalmente la ronda de preguntas con Cristina de K se canceló, sin dudas porque este diario adelantó no solo el contenido de las mismas sino también las respuestas que daría”. Si eso no es periodismo de anticipación.(InfoGEI)Jd
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(2) Otra vez con el nazismo. ¿No es una idea-fuerza un tanto perimida? ¿La Nación no tiene manera de comunicar lo que considera una señal de peligro de otra manera? Lamentable. Y la advertencia "preparémonos", ¿Nos preparó La Nación para Cavallo y cía?
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