Gente del PRO que quiere conducir el país.

miércoles, 20 de mayo de 2015

de la seguridad macrista en la bombonera

http://joserubensentis.blogspot.com.ar/2015/05/de-la-seguridad-macrista-en-la-bombonera.html

El gerente de Seguridad de Boca Juniors, Claudio Lucione, había sido desplazado de la Policía Federal ante una denuncia por corrupción de la exministra de Seguridad, Nilda Garré.
En medio de la causa por “cohecho y enriquecimiento ilícito” al entonces comisario de la 17 el fiscal federal Luis Comparatore investigó un sospechoso incremento en los casos de inseguridad en la zona de Recoleta.
Según detalla el periodista Mauro Federico, Lucione adquirió en 2008 por un precio irrisorio (219.000 pesos) una casa de 1100 metros cuadrados en Cariló ubicada en la calle Fresno, a metros del Golf y rodeada de bosque.
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miércoles, 20 de mayo de 2015

Boca Juniors, el Panadero Napolitano y...

por Oscar Cuervo
http://tallerlaotra.blogspot.com.ar/2015/05/boca-juniors-el-panadero-napolitano-y.html

Como ya dije, no soy futbolero. Solamente veo fútbol por la tele en ocasiones especiales. El último partido que vi entero fue la final del Mundial 2014. Dije también que soy Cuervo e hincha de Huracán. Así que (sin haber visto últimamente ningún partido del globito) este año tengo mi autoestima futbolera muy alta. Somos campeones de no sé cuántos torneos universales.

No soy futbolero pero mis compañeros del staff de La otra.-radio, Maxi Diomedi y Martín Farina, sí lo son. Así que, aprovechando la sapiencia de mis compañeros, en el programa pasado de La otra nos dedicamos un rato a hablar del penoso episodio que se vivió la semana pasada en la Bombonera. Acá se puede escuchar ese tramo del programa.

En realidad, el enfoque que me interesa no es deportivo, sino político. El fútbol, la trasmisión por la televisión abierta de los partidos (Fútbol para Todos), es un elemento clave de la cultura argentina de estos años y un campo de disputa entre los diversos proyectos políticos que hoy se enfrentan en nuestro país. Cuando Néstor Kirchner logró dar fin a las trasmisiones de fútbol por cable que a través de Torneos y Competencias monopolizaba el Grupo Clarín, metió, con Fútbol para todos, un golazo, en un momento en que el kirchnerismo venía en baja (ver acá). Fútbol para Todos marcó el inicio de una gran recuperación, después de la derrota política en las elecciones de 2009. Desde entonces, la trasmisión del fútbol por tv abierta se transformó en uno de los símbolos más fuertes de la democratización de las comunicaciones y uno de los objetivos a derribar por la derecha opositora. Macri lo dijo más de una vez, dos operadores macristas vinculados al negocio del fútbol (Fernando Niembro, comentarista del fútbol de la tv prepaga, y Daniel Angelici, presidente de Boca) lo repitieron: si el PRO gana, Fútbol para Todos no sigue: intentarán devolver al menos una parte de las trasmisiones de partidos al cable del Grupo Clarín. Por eso, lo que suceda durante estos meses en el fútbol tendrá repercusiones en las elecciones y en el destino de la televisación abierta y gratuita de todos los partidos.

Creo que ese es el marco en el que hay que analizar el escándalo en la Bombonera: se trata del síntoma de un deterioro muy grave en el funcionamiento del fútbol argentino. Adrián "Panadero" Napolitano es el barrabrava boquense que arrojó el gas pimienta contra los jugadores de River. Es obvio que no puede haber llegado ahí sin la complicidad de la dirigencia de Boca. Hay un video que muestra al Panadero en el campo de juego durante el partido que Boca le ganó 5 a 1 a Zamora por la Copa Libertadores, jugado en Venezuela en marzo de este año. Es decir: él no fue un invasor furtivo de una noche; es un acompañante habitual del plantel boquense. Angelici ahora quiere deslindar su responsabilidad diciendo que el Panadero responde a sectores de Boca que están en la oposición.

Insólitamente, hoy Joaquín Morales Sola dedica su columna en La Nación a demostrar que el escándalo en Boca es una operación del kirchnerismo para perjudicar a Macri a través de Angelici. En una extrañísima finta, Morales Solá culmina su enrevesado silogismo llamando a votar a Rodríguez Larreta en las elecciones para jefe de gobierno en CABA, retirándole el apoyo a Lousteau, quien de entrar en la segunda vuelta pondría en peligro el proyecto presidencial del PRO. El que me lea se preguntará cómo llegué desde el Panadero hasta Losuteau. No soy yo, es Joaquín quien realiza esa proeza sofística: como adjudica al kirchnerismo estar detrás de "una vasta operación con intereses más poderosos que un atentado a la estabilidad del presidente de Boca" JMS postula que el vandalismo de la Bombonera tuvo como finalidad perjudicar a Macri. Por eso, JMS llama a sus lectores a que no voten por Lousteau para que Larreta gane en primera vuelta (???).

Más allá de la grosera manipulación para desvincular al macrismo del desastre en Boca, Morales marca un territorio de operaciones de la derecha. El fútbol, entreverado con barras y dirigentes cómplices, es un terreno minado que podría sufrir en los próximos meses vandalismos aún peores que el del jueves en la Bombonera. Va a ser una tentación muy grande de la derecha -y un acto relativamente simple- armar un episodio violento en medio de un partido.

Por lo que hablamos el domingo con mis compañeros de radio, todas las hinchadas y la dirigencia futbolera están moviéndose en la frontera peligrosa de la ilegalidad. La insólita dilación del árbitro y las autoridades deportivas para suspender el partido del jueves, manteniendo más de una hora en vilo a una audiencia de tres millones y medio de personas y exponiendo a graves riesgos a los miles que estaban en la cancha, tiene además un peligroso efecto pedagógico: si las normas de convivencia y el cuidado de las personas se vulneran sin sanciones graves y ejemplificadoras, esto puede abrirle camino a violencias peores.

Me parece que el gobierno tiene que prestar atención a esa posibilidad. Tiene un recurso clave para incidir sobre los clubes: el dinero que el estado invierte en la televisación del fútbol. Ese recurso tiene que usarse para presionar a la dirigencia, para que cese la protección a las barras bravas. Si el gobierno lo hace, si se pone duro y da por terminada esa permisividad hacia estos grupos delincuenciales, da una señal fuerte a la sociedad y se apunta un tanto. Si el gobierno se duerme y deja abierta la posibilidad de un episodio peor que el de la semana pasada, el costo político que pagará va a ser muy alto.

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