Domingo Cavallo, El verdadero arquitecto de este problema
Se pasea por la calle como un ciudadano común y hasta da clases de algo, no se donde, deberia averiguarlo.
Pero resulta que cuando lo creíamos acabado, muerto y desprestigiado, su reinado de terror ensombrece los días, dàndonos la razón cada vez que afirmamos que este Presente es fruto de un Pasado que aún no terminó.
En definitiva el arquictecto de esta inteligentísima maniobra colonial fue Ministro de Ecobobía, a quien no le alcanzarían ni 40 vidas para ser fusilado ininterrumpidamente por la cantidad inconmesurable de delitos que ha cometido a lo largo de su yanqui vida.
(Derekdice)
(http://derekdice.blogspot.com.ar/2014/06/el-verdadero-arquitecto-de-este-problema.html)
Que quede claro: no se equivocó.
En 1992 trazó un Plan Maestro para someter a la Argentina frente a EEUU.
Y lo consiguió.
Por algo, el prestigioso pensador nacional Jorge Oviedo lo cita en su inteligentísima editorial de hoy en La Nación. Allí recomienda: "Si Cristina Kirchner escuchara atentamente a Domingo Cavallo, como lo hacía en los 90, habría escuchado que el tema del Club de París no era el más importante. Que era al revés. "Solucionado el tema holdouts, el Club de París es un trámite", dijo Cavallo a este cronista el día que se anunció el acuerdo, al que calificó sin embargo de necesario."*
Camaradas, es hora de arrestar a Domingo Cavallo y desempolvar el Resucitador Eterno.
* nota del autor de este blog en azul.
fuente: http://derekdice.blogspot.com.ar/2014/06/el-verdadero-arquitecto-de-este-problema.html
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Generosas biografías: Cavallo; Domingo
fuente: http://prontuarios-x.blogspot.com.ar/2009/12/cavallo-domingo.html
Domingo Felipe Cavallo (San Francisco, Córdoba, 21 de julio de 1946) es un economista y político argentino.
Tiene una larga carrera pública y es muy recordado por la Ley de Convertibilidad, plan que consistió en la equivalencia del peso argentino con el dólar estadounidense, por haber solucionado la hiperinflación que azotaba a Argentina y por el corralito.
Su participación en la economía comenzó cuando fue escogido por sus estudiantes para representarlos en el ente oficial más alto de la Escuela de Economía. Posteriormente Domingo Cavallo fue Subsecretario del Desarrollo del gobierno provincial (1969-1970), Director (1971-1972) y Vicepresidente del Banco de la Provincia de Córdoba, Subsecretario del Ministerio del Interior del Gobierno Nacional y Presidente del Banco Central de la República Argentina (1982) durante el final de la dictadura militar de 1976 a 1983 conocida como Proceso de Reorganización Nacional. Durante su gestión en el BCRA se llevó a cabo una estatización de una parte de la deuda externa de empresas privadas.
Dice en: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/cavallo_domingo.htm
Fue nombrado presidente del Banco Central de la República Argentina por el general Leopoldo Galtieri, en el año 1982, pero la difícil situación vivida en el país a raíz de la Guerra de las Malvinas hizo imposible cualquier intento de reforma económica. Regresó a su puesto de profesor en el mismo año, manteniéndolo hasta que en 1983 decidió apostar claramente por la vía política, enrolándose en el partido Bloque Acción por la República. Dentro de esta formación fue elegido diputado en la asamblea nacional por la provincia de Córdoba, en el año 1987. En 1989, cuando Carlos Saúl Ménem accedió a la presidencia de la República, contó con Cavallo para formar el nuevo gobierno, asignándole la cartera ministerial de Relaciones Exteriores y Culto (1989-1991).Con la remodelación ministerial de 1991, Cavallo pasó al que debería haber sido su puesto: Ministro de Economía y Obras y Servicios Públicos. Desde este cargo, Cavallo acometió la difícil tarea de frenar la inflación de la economía argentina. Su plan se basó en dos premisas principales: equiparación real del valor del peso con el del dólar y apertura de la economía argentina a la importación masiva de bienes de consumo. Milagrosamente, la economía tendió a estabilizarse y la inflación, si bien no bajó, al menos dejó de subir.Todas estas mejoras económicas en Argentina le valieron numerosos reconocimientos: en 1992 fue elegido "Hombre del Año" por la revista Latin Finance, así como "Ministro de Finanzas del Año" por la revista norteamericana Euromoney. En su propio país, como no podía ser menos, también fue honrado como "Economista del Año" por el Instituto de Estudios Contemporáneos, el mismo año de 1992. En 1993 fue aceptado como miembro correspondiente en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de España. Además de sus muchos artículos en prensa especializada, fue autor de publicaciones como Volver a crecer (1984), El desafío federal (1986), Economía en tiempos de crisis (1989) y La Argentina que pudo ser (1990).En 1995, tras la reelección de Ménem como presidente argentino, Cavallo fue ratificado en la cartera de Economía, aunque fue cesado el 26 de julio de 1996. En 1998 fue elegido diputado por la ciudad de Buenos Aires, representación que compatibilizaba con la presidencia honoraria de la Fundación Mediterránea y el rango de profesor visitante de la Universidad de Nueva York. En 1999 presentó su candidatura a la presidencia por el partido Acción por la República y sólo obtuvo el respaldo del 10% del electorado que, mayoritariamente, eligió a Fernando de la Rúa como nuevo jefe del Estado argentino.Paradójicamente, y ante la grave crisis económica y política del país que, un año después, acabó con la destitución de dos secretarios de Estado y dos ministros de Economía, De la Rúa confió la polémica cartera financiera a Domingo Cavallo. Sin embargo, el que había sido artífice del crecimiento económico y del control de la inflación en el primer Gobierno del peronista Ménem tuvo que admitir, a las pocas semanas, su incapacidad para resolver la crisis.El hundimiento irremediable de la economía argentina desató el pánico en los mercados y las medidas correctoras impulsadas por el ministro para frenar la descapitalización del Estado provocaron la explosión social en las calles. El llamado "corralito" financiero, que impuso la congelación parcial de los ahorros de los argentinos, fue su decisión más impopular y, a la postre, le costó el cargo. El 19 de diciembre de 2001 Cavallo presentó su dimisión y, veinticuatro horas más tarde, se confirmó la caída del Gobierno radical de Fernando de la Rúa.El reconocimiento de su fracaso en la búsqueda de soluciones a la crisis del país no fue, sin embargo, su último disgusto político. En la primavera de 2002, el ex ministro fue detenido en Buenos Aires por su presunta responsabilidad en el contrabando de armas a Croacia y Ecuador entre 1991 y 1995. Con idénticos cargos fue también procesado el ex presidente Ménem quien, después de cinco meses en arresto domiciliario, logró la absolución de la Corte Suprema.Los jueces habían constado que, en las fechas señaladas, Argentina envió material armamentístico a Croacia y Ecuador a pesar del embargo internacional impuesto al primero por la guerra de los Balcanes y al segundo por el conflicto con Perú. La firma de Cavallo estaba estampada en los decretos que permitieron la venta ilegal. Después de 65 días recluido en prisión preventiva, la Cámara de lo Penal Económico revocó la orden de procesamiento y dictó su puesta en libertad.
Wikipedia:
Luego de la reelección de Carlos Ménem como presidente (en gran parte gracias a la actuación de Cavallo como ministro de economía), la economía se deterioró paulatinamente, fundamentalmente debido a la corrupción política y sindical de Argentina. Además varias empresas argentinas ineficientes, estaban acostumbradas a licuar sus deudas gracias a la inflación/devaluación, cosa que ahora no podían hacer con la convertibilidad.
Cuando abandonó el gobierno de Menem, Domingo Cavallo creó su propio partido político, Acción por la República en 1997, con el que se candidateó a diputado el mismo año, resultando electo. En 1999 se presentó como candidato a presidente, obteniendo 2 millones de votos y quedando en tercer lugar después de Fernando De La Rua y Eduardo Alberto Duhalde. En el año 2000 se presentó junto a Gustavo Beliz en las elecciones para Jefe De Gobierno de La Ciudad De Buenos Aires que llevaron también como candidatos a diputados al Dr. Nestor Guillermo Doval y al Ing. Matías José Barbieri, resultando derrotada su fórmula por parte de la Alianza Ibarra-Felguera. Aunque la Alianza no obtuvo el 50 % de los votos para no pasar a segunda vuelta, Cavallo desistió de presentarse. (UTC)En 2001 fue nombrado nuevamente ministro de economía por el presidente Fernando de la Rúa, en un intento de este último de sortear la recesión que hundía la economía desde 1999. Si bien varios de sus colaboradores le recomendaron no aceptar la propuesta de De la Rúa, esperar a que éste fracase, y postularse para presidente, cosa que debido a su popularidad en aquel momento le daba grandes chances. Domingo Cavallo decide aceptar en pos de evitar a los Argentinos un sufrimiento mayor (según sus propias palabras).Así fue que en diciembre de 2001 se produce un golpe institucional en la Argentina, incitado y preparado a razón de los intereses antes mencionados. El presidente constitucional (elegido 2 años antes) con más de 50% de los votos, es "derrocado" con el sólo fin de poner fin a la convertibilidad (ya que el presidente De la Rúa se oponía a tomar esa medida). Obligan a De la Rúa a desprenderse de Cavallo y al día siguiente lo obligan al presidente mismo a renunciar. Los entendidos dicen que el plan de desestabilización fue orquestado y preparado incluso mucho antes de que Cavallo accediera al pedido de De la Rúa y luego que éste se negara en forma terminante a abandonar la convertibilidad pues esto suponía hacer recaer el costo sobre las personas de clase media y baja de Argentina.En 2005 tuvo la intención de presentarse como candidato a diputado por la Capital Federal en las elecciones legislativas de dicho año. Sin embargo, el escaso apoyo que obtuvo, incluso dentro de su propio partido, lo hizo desistir de esta idea.
Fuente: Wikipedia
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1982, estatización de la deuda
01 de Julio de 2012
A 30 años de su paso por la presidencia del Banco Central
Cavallo y su rol en la estatización de la deuda privada en la dictaduraEn el ’82, al frente de esa entidad, tomó medidas que prepararon el terreno para el traspaso a las arcas públicas de pasivos millonarios contraídos por 70 empresas en el exterior. Desde Yale, el ex ministro negó toda responsabilidad.
Manuel Alfieri
Cavallo y su rol en la estatización de la deuda privada en la dictadura
Mañana se cumplirán exactamente 30 años desde el día en que Domingo Felipe Cavallo asumió la presidencia del Banco Central de la República Argentina (BCRA), el 2 de julio de 1982, durante la dictadura que encabezaba Reynaldo Bignone. Por su desempeño en ese cargo, Cavallo es señalado como responsable, junto con otros funcionarios, de una de las mayores tragedias económicas de la historia nacional: la estatización de la deuda externa privada. Es decir, el traspaso a las arcas del Estado de pasivos contraídos por empresas nacionales y extranjeras, con el objetivo de beneficiar a grandes corporaciones y grupos económicos que, hasta hoy y pese a la intervención de la justicia, no fueron llamados para dar explicaciones en los Tribunales.
Muchos economistas lo definieron, con ironía, como “el mayor acto de socialización” que haya ocurrido en la Argentina. Y fue, también, una muestra clara del fuerte componente cívico-militar que caracterizó a los años de plomo.
De acuerdo con los documentos a los que accedió Tiempo Argentino, gracias a la estatización de la deuda privada fueron beneficiadas más de 70 empresas. Entre las firmas nacionales más importantes se encuentran Sevel, por entonces, del Grupo Macri; Acindar, del ex ministro de Economía Alfredo Martínez de Hoz; Loma Negra, de los Fortabat; y Compañía Naviera, de la familia Pérez Companc. También hay corporaciones extranjeras, como Techint, IBM, Ford y Fiat. Y, por supuesto, el listado incluye al sector financiero: Banco Río, Francés, Citybank y Supervielle, entre otros (ver listado).
A fines del ’83, el perjuicio para el Estado se estimó en 23 mil millones de dólares: más de la mitad de la deuda externa de esos años, que alcanzaba los 45.100 millones de dólares. “Fue una de las mayores estafas al pueblo argentino. El Estado fue usado para negocios privados y para innumerable cantidad de operaciones turbias”, aseguró a este diario uno de los más rigurosos investigadores del tema, el ex diputado nacional Mario Cafiero.
Pero, ¿cómo fue posible que estos privados transfirieran sus pasivos en el exterior a las cuentas públicas? Según el historiador Alejandro Olmos Gaona, que demandó a un centenar de firmas favorecidas con la estatización de sus deudas en dictadura, la respuesta está en los llamados seguros de cambio. “Permitían que una empresa se endeudara con el exterior a un dólar uno a uno. Cuando el dólar subía y la empresa debía pagar su deuda, el Estado se hacía cargo de la diferencia”, explicó Olmos Gaona (ver recuadro).
Los seguros de cambio se implementaron en 1981, cuando Jorge Rafael Videla fue remplazado por Roberto Viola al frente de la Junta Militar, y Martínez de Hoz abandonó el Ministerio de Economía. Viola colocó a Lorenzo Sigaut en el Palacio de Hacienda y el Banco Central quedó a cargo de Egidio Ianella. El 5 de junio de ese año, el BCRA aplicó el primer seguro de cambio, que inició un breve periplo hacia la estatización, lisa y llana, de la deuda externa privada.
Mediante este régimen, el BCRA les garantizó a estos deudores el tipo de cambio vigente en aquel momento, con el objetivo de protegerlos en caso de que hubiera una devaluación que incrementara el valor de estos pasivos. Eso, justamente, fue lo que sucedió.
“El tipo de cambio aumentó diez veces en un año, con lo cual el Central le cobró a los privados en pesos y a la tasa inicial, lo que produjo un descomunal subsidio estatal para los deudores externos privados. Fue una estafa, pero una estafa legal”, sostuvo el historiador y economista Eduardo Basualdo, autor del libro Deuda externa y poder económico en la Argentina. A los pocos días, a esta contribución indirecta se sumó una de tipo directo. El 10 de junio de 1981, con la firma de Ianella, el BCRA dispuso un subsidio a los deudores privados de U$S 0,23 por cada dólar de deuda.
Un año después, luego de la Guerra de Malvinas, Bignone asumió la conducción de la cúpula militar. José María Dagnino Pastore remplazó a Sigaut en Economía, y Cavallo desembarcó en el Central, tras la salida de Ianella. Como vicepresidente de esa entidad fue designado Rodolfo Clutterbuck, dueño de la empresa Alpargatas SA, una de las beneficiadas por la estatización de los pasivos.
Cavallo estuvo sólo 59 días en el cargo, pero le bastó para modificar el régimen de seguros de cambio, con el fin de “mejorar el perfil de la deuda financiera externa privada a la vez que procurar atenuar los perjuicios que provocaron a prestatarios locales”, sostuvo el ex ministro. Sin embargo, Basualdo remarcó que este nuevo mecanismo “no anuló el anterior, sino que fue otra alternativa para los deudores externos privados.”
El economista Gonzalo Guilardes explicó didácticamente la medida dispuesta por Cavallo: “Le aseguraba a las empresas privadas endeudadas en dólares comprar un dólar más barato. Si esa moneda valía 100 y él se lo vendía a los endeudados a 50, ¿quién pagaba la diferencia? El Central. Fue una licuación del pasivo de los privados a costa del erario público.”
A pesar de las acusaciones en su contra, Cavallo niega toda responsabilidad e incluso se victimiza. En diálogo con Tiempo, el ex ministro de Economía de Carlos Menem y la Alianza sostuvo: “Es una verdadera infamia que se me siga atribuyendo la decisión de estatizar la deuda privada, porque yo no fui quien la decidió” (ver entrevista aparte).
Es cierto que la operación se concretó con su sucesor en el BCRA, Julio González del Solar, que el 17 de noviembre de 1982 dictó la Comunicación A251, titulada, sin eufemismos, “transformación de la deuda externa privada en deuda pública”. Pero el propio Cavallo admitió su responsabilidad en ese proceso en uno de sus libros. En la página 62 de Economía en tiempos de crisis, aseguró: “Cuando me acusan de haber echado sobre las espaldas de los ahorristas la deuda de las empresas, omiten decir que al menos yo lo hice uniformemente.” En la página 126, Cavallo habla de “la licuación de pasivos que dispuse, siendo presidente del Banco Central, entre julio y agosto de 1982”. Allí expone los seguros de cambios propuestos por su antecesor, Sigaut, y comenta: “Fueron mucho más generosos que los que reglamenté mediante la circular A137.” Y en la página 128 del mismo libro, sostiene: “El que soluciona el problema en general se arriesga a que lo acusen, como me ocurrió a mí, de ser responsable de todas las cosas malas.”
Pero el “problema en general” estuvo lejos de solucionarse. El mayor crecimiento de la deuda externa en dictadura se dio cuando se aplicó el régimen de seguros de cambio de Ianella y Cavallo. Sólo en ese período, la Argentina engrosó la cifra en 10 mil millones de dólares.
Pese al intento de Cavallo por desligarse, el juez Jorge Ballestero, que investigó en la causa Nº 14.467 el crecimiento de la deuda bajo el gobierno militar, determinó en un fallo del año 2000 que el pasivo del sector privado se hizo público a través de los mencionados seguros de cambio. “Empresas de significativa importancia y bancos privados endeudados con el exterior –sostiene el dictamen–, socializando costos, comprometieron todavía más los fondos públicos con el servicio de la deuda externa a través de la instrumentación del régimen de seguros de cambio.”
Además, el juez determinó que en muchos casos las empresas ni siquiera pagaron los créditos obtenidos, que debían ser abonados al Estado. Sin embargo, los funcionarios estatales jamás reclamaron ese dinero. Así, según las pericias, “con fondos del Tesoro Nacional se cancelaron obligaciones de varias empresas privadas en distintas monedas”, pero ni el BCRA ni el Banco Nacional de Desarrollo “iniciaron actuaciones judiciales para el recupero de las sumas”.
Por si fuera poco, en el listado de compañías favorecidas aparecen algunas asociadas a la Fundación Mediterránea, un think tank liberal nacido al calor del menemismo, que tuvo a Cavallo entre sus fundadores. Algunas de esas firmas son Alto Paraná SA, Sevel, Astra, Pérez Companc, Banco Galicia, Banco Francés, Grupo SADE, IBM, Industrias Metalúrgicas Pescarmona, Banco Supervielle y Fiat. A fines del ’83, estas once corporaciones sumaban un total de 1779 millones de dólares de deuda.
“Este gran negociado lo manejó Cavallo, que en un tiempo muy breve produjo una transferencia de riqueza monumental hacia los empresarios”, aseguró Cafiero, quien a través de sus trabajos pudo establecer que “muchos de los préstamos que se efectuaron, en realidad, eran autopréstamos hechos por las empresas deudoras”. En ese sentido, Olmos Gaona agregó: “Con los seguros de cambio, las firmas privadas comenzaron a endeudarse ficticiamente para hacer un gran negocio.”
Así, el empresariado no sólo fue favorecido con lo dispuesto por el BCRA, sino también con los escasos controles sobre la actividad financiera. El juez Ballestero detectó infracciones a la ley penal cambiaria, confusión entre deudor y acreedor, sumas no ingresadas al país, anomalías en la concertación de seguros de cambio, aportes de capital encubiertos como préstamos financieros, subfacturaciones y autopréstamos.
Entre las entidades acusadas de realizar esta última maniobra estaban Cargill, Selva Oil, Sideco Americana, Socma, Suchard Argentina, Celulosa Jujuy, Ford Motors Argentina, Sudamtex, Textil Sudamericana y Renault.
Otras irregularidades fueron atribuidas a Cementos NOA SA que, de acuerdo con la causa, de los 50 millones de dólares que acusaba en concepto de deuda con bancos en el exterior, “sólo ingresaron al país 6.169.086, es decir el 12,20%, entregado por el Banco Exterior de España para la compra de maquinarias. El resto adeudado, más de 44 millones de dólares, jamás ingresó y debió ser asumido por el Estado.”
Pese a los intentos por condenar a los responsables de esta gran estafa, la causa judicial se cerró en 2000, sin condenas. Apenas hubo, por un tiempo, un procesado: Martínez de Hoz. Después de su contundente fallo, Ballesteros se limitó a enviar una recomendación al Congreso de la Nación para que determine a los posibles culpables, algo que nunca sucedió.
A fines de 2011, en el marco de un nuevo expediente abierto en 2005, el fiscal Federico Delgado presentó un escrito para volver a investigar la estatización de la deuda privada “en la que habría intervenido el entonces titular del Banco Central y luego ministro de Economía menemista y de la Alianza, Domingo Cavallo”.
Delgado señaló, además, que los privados “se beneficiaron progresivamente con los regímenes de seguros de cambio instaurados, a partir de 1981, por el BCRA”. El fiscal planteó la evaluación del inicio de acciones de reparación no sólo contra funcionarios públicos sino también contra empresas.
Hasta ahora, este pedido no tuvo ninguna respuesta, y de esa forma, a los millones estatizados por la dictadura, se sigue sumando otra deuda: la de la justicia.<
Olmos Gaona: “Fue todo una gran estafa”
Alejandro Olmos Gaona es historiador e hijo del homónimo periodista fallecido que impulsó la causa penal por el origen ilegítimo de la deuda externa argentina, en 1982. Olmos Gaona demandó a un centenar de empresas que se beneficiaron con la estatización.–¿Cómo logró la Junta Militar estatizar la deuda privada?
–Principalmente, a través de los seguros de cambio, establecidos durante la Presidencia de Domingo Cavallo al frente del Banco Central. Permitían que una empresa privada se endeudara con el exterior a un dólar uno a uno. Cuando esa moneda subía y la empresa debía pagar su deuda, el Estado se hacía cargo de la diferencia. Con este mecanismo, los privados comenzaron a endeudarse ficticiamente para hacer un gran negocio.
–¿Cómo perjudicó al pueblo argentino esa maniobra?
–Cuando se van los militares, la deuda externa era de más de 45 mil millones de dólares. De ese monto global, la deuda privada era exactamente la mitad: 23 mil millones.
–¿Quiénes fueron los principales beneficiados?
–Socma y Sevel del Grupo Macri, Techint, Papel de Tucumán, Celulosa Argentina, entre otros. No es que el Estado se hizo cargo de las deudas porque estas empresas se iban a la quiebra. Estos sinvergüenzas fraguaron créditos, fue un festival de autopréstamos e ilícitos diversos. Una gran estafa.
–¿Cómo se detectó?
–Por ejemplo, cuando los investigadores hicieron una auditoría de Renault Argentina, vieron que su deuda era de 10 o 12 millones de dólares y que no debía ser pagada por el Estado, ya que una parte era deuda que tenía la casa Renault Argentina con su casa matriz en Francia. Es decir, había confusión entre deudor y acreedor: eran la misma cosa. Había otro préstamo que también era inverosímil, porque no era admisible que Renault le hubiese pedido al Barclays Bank 6 millones de dólares, cuando en ese mismo banco tenía depositados, a plazo fijo, más de 80 millones de dólares. En fin, los auditores vieron que todo era trucho.
–Esa deuda privada que fue estatizada, ¿se siguió pagando?
–Claro. Fue incorporada al patrimonio del Estado y siguió reciclándose permanentemente.
–¿No se puede accionar contra los responsables?
–Es lo que me pregunto. ¿Por qué el gobierno no llama a esta manga de delincuentes, como Franco Macri, y les dice que el Estado ha venido pagando una deuda suya desde 1983? Deben devolver la plata que pagamos todos.
–Cavallo asegura no tener responsabilidad. ¿Qué opina?
–Que Cavallo tiene mala memoria, porque la Fundación Mediterránea, que él integró, está compuesta por gran parte de los que se beneficiaron con la estatización de la deuda. Él dijo algo que es cierto: que no fue quien directamente estatizó la deuda porque no estaba al frente del Banco Central. Pero también es cierto que durante la época de Cavallo se implementaron los seguros de cambio. Toda esa operatoria salió de la matriz Cavallo. Y esa misma matriz se sostuvo en el menemismo.
Cavallo y la Junta Militar
Domingo Cavallo ingresó al Ministerio del Interior en abril de 1981, como secretario técnico y de coordinación. Fue dos años después de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos certificara que en la Argentina se aplicaba el terrorismo de Estado.
En julio de 1982, Cavallo llegó al Banco Central. Por entonces, en una conferencia en la Fundación Mediterránea, el joven economista cordobés aseguraba a los empresarios: “Nos encontramos con un gobierno que está cumpliendo la importante misión de llevar al país en la dirección de su institucionalización en lo político y que está tratando de resolver los problemas económicos.” Cavallo hablaba del gobierno de Reynaldo Bignone, el mismo que dictó la Ley 22.924 de autoamnistía para dirigentes de la dictadura, y que promulgó el Decreto 2726/83, que ordenó la destrucción de documentación sobre desaparecidos.
El ex ministro dice que no tuvo nada que ver con la estatización
Distintos economistas e investigadores consultados por este diario coincidieron en señalar a Domingo Cavallo, presidente del Banco Central en dictadura, como uno de los responsables de la estatización de la deuda externa privada, pese a que él lo niega.El ex ministro de Carlos Menem y Fernando de la Rúa accedió a contestar tan sólo uno de los varios correos electrónicos remitidos por Tiempo a su oficina en la Universidad de Yale, con las preguntas y respuestas que se reproducen a continuación. Cuando este diario le envió una segunda tanda de consultas, acerca del modelo económico de los militares y su rol en dicho proceso, Cavallo no volvió a contestar. Como en otras oportunidades, intentó desligarse de toda responsabilidad y acusó al periodismo. “Siguen abonando la mentira que en 1984 instaló el diario El Periodista. Entre paréntesis, ese diario jugaba en aquella época el mismo rol que hoy juega Tiempo Argentino”, sostuvo el ex ministro, que también asegura haber sido el primero en denunciar la estatización.
A continuación, las preguntas que contestó Cavallo antes de llamarse a silencio.
–Muchos investigadores coinciden en señalarlo como uno de los responsables de la estatización de la deuda externa privada.
–No, no es así. Los seguros de cambio que yo creé en julio de 1982 no perseguían licuar las deudas en dólares. La licuación de pasivos que yo había decidido era para las deudas que se habían indexado por la circular 1050 y el mecanismo fue el control de la tasa de interés. Pero esta licuación no beneficiaba a los endeudados en dólares.
–Como presidente del Central, ¿no podía evitar las renovaciones de los seguros de cambio que venían de mandatos anteriores y que permitieron el fenomenal traspaso de deuda privada al Estado?
–Los seguros de cambios se liquidan a su vencimiento o se renuevan en base a las nuevas condiciones. No se pueden cambiar retroactivamente para hacerlos más onerosos al que los compró.
–¿Las comunicaciones A136 y A137 del BCRA, emitidas durante su mandato, no significaron un beneficio para las empresas endeudadas?
–Esas circulares, en el único sentido en que beneficiaban a las empresas, es que si ellas conseguían postergar vencimientos en las condiciones impuestas por la oferta de dólares futuros evitaban tener que soportar la brecha entre el mercado financiero y el mercado comercial que estaba transitoriamente aumentada por efecto de la regulación de tasas de interés que yo había dispuesto.
–¿Por qué estuvo tan poco tiempo al frente del BCRA?
–Me pidieron la renuncia porque los endeudados en dólares querían que también se licuaran sus pasivos y yo me oponía, porque ello iba a significar una estatización de la deuda privada. Lamentablemente, cuando lograron remplazarme en el Banco Central consiguieron lo que querían y en setiembre de 1982 dispusieron la estatización lisa y llana de la deuda privada.
fuente: http://tiempo.infonews.com/nota/101854/cavallo-y-su-rol-en-la-estatizacion-de-la-deuda-privada-en-la-dictadura
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En una entrevista publicada en su propio sitio web, el ministro se defiende, descarga su responsabilidad sobre las medidas estatizadoras de la deuda externa argentina en 1982 y es bueno cotejarlo con lo antedicho, con sus discursos públicos y con su accionar toda vez que tuvo responsabilidades ejecutivas (y que las tuvo en cantidad) porque jamás se retractó de sus lineamientos neoliberales que se traslucen en todo su accionar, en su pensamiento y hasta en su sustento porque recordemos que mientras recortaba salarios y pensiones nos contaba suelto de cuerpo que él vivía de un sueldo en una Fundación y la pregunta es ¿Para quién trabajaba y trabaja Domingo Felipe Cavallo?
IXX-2015
Qué dice Cavallo?
"Yo no estaticé la Deuda Privada en 1982. Fuí el único que denunció que se proponían hacerlo."
17sep2011
Agregado por: Domingo Cavallo -
Los fiscales y jueces que siguen jugando a la política, ni siquiera tienen el cuidado de examinar los hechos sobre los que juzgan y el tiempo en el que se produjeron. Hoy ha salido en La Nación un artículo que dice que un juez, a pedido del Fiscal Delgado, ha solicitado instrucciones al Procurador del Tesoro para pedir resarcimiento a los responsables de la estatización de la deuda privada en 1982. El artículo va acompañado por mi foto y en su texto se menciona que yo soy la persona a la que se le reclamaría dicho resarcimiento .
La estatización de la Deuda Privada fue decidida por quien era Presidente del Banco Central el 17 de noviembre de 1982, fecha en la que se dictó la circular A 251: Don Julio Gonzalez del Solar. El asumió tras mi renuncia el 26 de agosto de 1982 y se mantuvo en el cargo hasta el 10 de diciembre de 1983. La Nación publicó la noticia en su edición del 18 de noviembre, como lo registra el sitio Diarios Históricos que el fiscal Delgado no se tomó el trabajo de clickear, siendo que aparece en google, tan pronto uno pone el título “Estatización de la Deuda Privada durante la Dictadura”.
La decisión del Juez respondiendo afirmativamente al pedido del fiscal Delgado es una nueva edición de la persecución judicial que vengo sufriendo desde que en 1995 los jueces de la servilleta quisieron acallar mi lucha contra las mafias enquistadas en el poder. Yo creo que ya es hora que dejen de difamarme con mentiras tan evidentes como la que se ha reiterado en esta nueva arbitrariedad judicial.
Es una verdadera infamia que se me siga atribuyendo la decisión de estatizar la deuda privada, porque no sólo no fuí quien la decidió , sino que fuí el primero que denuncié que quien me había reemplazado en el Banco Central se proponía a hacerlo. A partir de la página 25 de mi libro “Economía en Tiempos de Crisis” del año 1989 está publicada la conferencia que pronuncié en septiembre de 1982 en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas en la que advertí sobre el peligro de que estatizaran la deuda en dólares del sector privado y las consecuencias que ello traería aparejado.
Se trata de una mentira que fue lanzada a rodar por primera vez en 1984, en un diario que circulaba en esa época patrocinada por la Coordinadora Radical. Decidieron tratar de hacerme públicamente responsable de la estatización del la deuda privada como forma de bloquear mi acceso al Dr. Raúl Alfonsín. Habían visto sobre su escritorio el manuscrito de mi libro “Volver a Crecer”, que yo le había entregado en una entrevista en Olivos y pensaron que era peligroso para ellos que el Presidente de La Nación prestara atención a mis ideas.
Era evidente que era una infame mentira, porque el mismo Doctor Arfonsín, cuando me sacaron de la Presidencia del Banco Central a los 52 días de haber sido designado, había declarado que mi separación del cargo era un atentado contra el proceso de normalización institucional. Sin duda el Dr. Alfonsín, como el resto de la dirigencia política democrática, había respaldado la reforma financiera con la que yo había comenzado a resolver el problema del endeudamiento de las familias que habían comprado viviendas con hipotecas ajustadas por la circular 1050 y de las empresas que se habían endeudado en pesos y habían soportado enormes tasas de interés reales. Yo me había opuesto a la estatización de la deuda de las empresas privadas que se habían endeudado en dólares, precisamente porque ellas no habían soportado el efecto de las altas tasas de interés en pesos sino, por el contrario, habían gozado del atraso cambiario.
Mi propuesta había sido que sólo se concedieran seguros de cambio ajustados por el índice de precios mayoristas, por lo que las deudas en dólares no podrían beneficiarse de las tasas reales negativas de interés que sí beneficiaban a los endeudados en pesos. Además esos seguros de cambio estaban condicionados a que el deudor privado consiguiera de sus acreedores alargamiento de los plazos . Además el sistema estaba pensado como para alentar a las empresas que tenían deudas en dólares a generar exportaciones con cuyos ingresos futuros podrían equilibrar sus obligaciones en moneda extranjera. Precisamente mi denuncia en setiembre de 1982, cuando apenas habían transcurrido unos días de mi renuncia, advertía que por presión de los endeudados en dólares, las nuevas autoridades del Banco Central se proponían cambiar el método de indexación de los seguros de cambio, como para que también se licuaran las deudas en dólares. Lamentablemente ello ocurrió pocos días después y fue acompañada por el desmonte de los mecanismos que alentaban las exportaciones equilibradoras. Como para rematar esa medida injusta y fiscalmente onerosa, en el mes de noviembre de ese mismo año el Banco Central dispuso lisa y llanamente la estatización de la deuda privada.
fuente: http://www.cavallo.com.ar/yo-no-estatice-la-deuda-privada-en-1982-fui-el-unico-que-denuncio-que-se-proponian-a-hacerlo/
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