Crisis en Ucrania
martes, 4 de marzo de 2014
La principal responsabilidad en la escalada de la crisis en Ucrania recae en Estados Unidos y Alemania. Ambos países, junto con sus aliados de la Unión Europea, han intervenido sistemáticamente para canalizar el descontento popular con el régimen corrupto del presidente Viktor Yanukovich detrás de las fuerzas nacionalistas y fascistas de extrema derecha. Su objetivo ha sido derrocar al gobierno electo e instalar un régimen alineado con el imperialismo occidental y dispuestos a participar en sus planes para el aislamiento geopolítico de Rusia.
La canciller alemana, Angela Merkel, se reunió con los líderes de la oposición de derecha y su partido, la Unión Demócrata Cristiana, ofreció apoyo financiero a su lider, el ex boxeador Vitali Klitschko. Altos funcionarios de la Unión Europea se reunieron con los líderes fascistas del partido Svoboda y sus bandas armadas en la plaza central de Kiev. Asimismo, la subsecretaria de Estado para Europa y Asia de Estados Unidos, Victoria Nuland, hizo al menos cuatro viajes a Kiev, uniéndose a los "manifestantes" neo-fascistas y sostuvo reuniones con las figuras de la oposición Vitali Klitschko, Arseni Yatsenyuk y el notorio líder Svoboda Oleh Tyahnybok. Nuland reconoció en diciembre que Estados Unidos había cedido 5 mil millones de dólares a Ucrania para acumular fuerzas aliadas a Estados Unidos en el país. La filtrada conversación telefónica de Nuland con el Embajador de Ucrania Geoffrey Pyatt, en la que discutieron la instalación de Yatsenyuk después de derrocar a Yanukovich, expone el grado en que Washington manipuló los acontecimientos en ese país.
No hay duda de que Rusia se enfrenta a una amenaza existencial. La integración de Ucrania en la expansiva alianza anti-Moscú puede hacer a Rusia más vulnerable a los ataques imperialistas. Las declaraciones del secretario de Estado de EEUU John Kerry condenando la "violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania" son de una hipocresía monumental. Kerry, que votó en 2002 para autorizar al presidente George W. Bush de invadir Irak en base a mentiras sobre las armas de destrucción masiva iraquíes, es un hecho que habla por si mismo. Sólo en los últimos 25 años, Estados Unidos ha invadido, bombardeado o derrocado gobiernos en Panamá, Granada, Somalia, Haití, Sudán, Serbia, Afganistán, Pakistán, Irak, Yemen y Libia. Ha llevado a cabo asesinatos y ataques cibernéticos contra Irán y está interviniendo masivamente para derrocar al gobierno de Siria.
Washington y Berlín, en la utilización de estas fuerzas para instalar un régimen títere y hacerse con el control efectivo sobre Ucrania, están avivando una explosión de las tensiones entre los diferentes grupos étnicos y religiosos que amenaza con eclipsar el baño de sangre que acompañó la desintegración de Yugoslavia en la década de 1990. Ese hecho también fue instigado con el apoyo de Estados Unidos y Alemania.
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martes, 4 de marzo de 2014
Ucrania, la nueva presa del FMI
Renaud Vivien, CADTM
El 26 de febrero las autoridades provisionales de Ucrania solicitaron un préstamo al FMI para reembolsar la deuda del país en plazo, es decir, 13.000 millones de dólares solo para este año. El FMI respondió positivamente y decidió enviar una misión de «expertos» a Ucrania para discutir las condiciones de dicho préstamo. Mientras el país está en plena ebullición, el reembolso de la deuda pública aparece como la prioridad absoluta de Kiev y sus acreedores. Para ellos, las necesidades de la población pasan a segundo plano. La situación incluso podría deteriorarse si se llega a un acuerdo con el FMI, que se halla en una posición de fuerza para imponer una cura de austeridad al pueblo ucraniano a cambio del préstamo.
Las dificultades financieras de Ucrania sobre el telón de fondo de la revuelta política son una nueva oportunidad para el FMI de imponer una terapia de choque, como hizo en Grecia, Portugal e Irlanda, aplicando tras el estallido de la crisis violentas medidas de austeridad dictadas por la troika, compuesta por el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo.
En esos países, el riesgo de fallar en el pago a los acreedores (principalmente los bancos privados) fue el punto de partida de la intervención del FMI y sus acólitos europeos. Así Grecia, Portugal e Irlanda, cuando ya no tuvieron acceso a los mercados financieros debido a las tasas de interés prohibitivas, se volvieron hacia la troika, que aprovechó para proponerles préstamos, ciertamente menos onerosos, pero acompañados de programas de austeridad conocidos con el nombre de «memorandos». La lista de medidas contenidas en dichos memorandos siempre es la misma: privatización de sectores estratégicos de la economía, reducción de los salarios, de las pensiones, aumento de impuestos desiguales como el IVA, despidos masivos en la función pública, recortes drásticos en los gastos sociales, etc.
Ahora Ucrania se encuentra en una situación similar, ya que está al borde de detener los pagos y razonablemente no puede pedir prestado en los mercados financieros tras la degradación de su nota por parte de las agencias de calificación. En la actualidad, para poder pedir prestado a corto plazo, Ucrania tendría que pagar una tasa de interés desorbitada del 34,5% frente al 5% de hace solo cinco meses. Por otra parte no puede contar con Rusia, que acaba de anular la segunda entrega de un préstamo de 15.000 millones de dólares tras la destitución del presidente Víktor Yanukóvich.
Así, actualmente Ucrania dispone de un débil margen de maniobra. Sin embargo el FMI en ningún caso puede formar parte de la solución a la vista de las dramáticas consecuencias de los programas de austeridad que impone a las poblaciones desde hace más de 30 años. Es el caso de Grecia, Irlanda y Portugal, así como de los países del Sur sometidos a los planes de ajuste estructural (PAS) desde principios de los años 80 y de los países de Europa del Este que sufrieron una terapia de choque administrada por el FMI en los años 90.
En vez de endeudarse con el FMI para regularizar sus deudas, Ucrania debería cuestionar la legalidad y la legitimidad de esas deudas que piensa pagar con el préstamo del FMI. El reembolso de las deudas públicas no es una obligación absoluta desde el punto de vista político y jurídico. No hay que olvidar que según el derecho público internacional los deberes de un Estado con respecto a su población están por encima de los compromisos adquiridos con sus acreedores y que el reembolso solo es obligatorio para las deudas «adquiridas en el marco de un acuerdo válido y legítimo» (1) como señala el experto de la ONU sobre la deuda Cepahas Lumina. Si las deudas son ilegales o ilegítimas Ucrania no tiene ninguna obligación de reembolsarlas y en consecuencia no existe ningún interés en endeudarse con el FMI.
Una auditoría de las deudas ucranianas permitiría identificar la parte ilegítima que debe anularse sin condiciones. La auditoría permite especialmente responder a estas preguntas: ¿Quién contrajo las deudas? ¿Esas personas tenían competencia jurídica para contratar esos préstamos? ¿Quién se benefició? ¿Los prestamistas pusieron condiciones al conceder los préstamos? ¿Esas condiciones violan el derecho nacional del país? ¿A cuánto se eleva el montante de los intereses acumulados por los prestamistas? ¿Cuáles son los proyectos financiados por la deuda?, etc.
A la vista de la urgencia, una respuesta inmediata podría ser la suspensión del reembolso de la deuda (con la congelación de los intereses) y la congelación de las negociaciones con el FMI a la espera (como mínimo) de los resultados de las próximas elecciones previstas para el 25 de mayo y de un auténtico debate público sobre las implicaciones de un préstamo del FMI y las alternativas al endeudamiento.
Los argumentos para decretar ese tipo de moratoria no faltan. Ucrania y sus acreedores podrían invocar «un cambio fundamental de circunstancias» tras el derrocamiento de Yanukóvich y la naturaleza provisional del gobierno establecido el 26 de febrero. Ahora solo hace falta voluntad política, tanto por parte de las autoridades provisionales de Ucrania como de la Unión Europea, que se declaren al lado del pueblo ucraniano…
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Nota:
(1) Principios directivos relativos a la deuda externa y a los derechos humanos, anexo del informe del experto independiente Cephas Lumina del 10 de abril de 2012 (A/HCR/20/23). Salvo mención contraria, las citas proceden de ese informe.
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lunes, 3 de marzo de 2014
Neonazis de extrema derecha se toman el poder en Ucrania
El grupo de neonazis que desempeñó un papel crucial en el golpe de Estado contra el presidente Yanukovych, ha tomado el control de Ucrania de acuerdo a este informe de BBC. El grupo de extrema derecha utiliza varios símbolos nazis y recibió el amplio apoyo de la Unión Europea y Estados Unidos en el derrocamiento del presidente ucraniano.
Como señala la BBC, los extremistas de derecha jugaron un rol crucial en el golpe de Estado en Ucrania y se han tomado las calles de Kiev. Este movimiento encabezó la alianza contra el régimen de Yanukovich, y trabajó en una coalición liderada desde Alemania por el ex campeón de boxeo Vitali Klitschko.
Los mercenarios procedentes de Alemania encabezaron las manifestaciones en la plaza Maidan que provocaron más de cien muertes. Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quieren buscar una pronta solución política a la crisis en la península de Crimea, un territorio que fue anexado a Rusia por los Zares en 1783 y que forma parte de la historia de Rusia como se puede apreciar en este post de David Stockman. Stockman sugiere a Obama "no meterse en lo que no nos incumbe", dado que, como indica el post, los conflictos de Ucrania, Crimea y Rusia son de larga data y tienen una historia muy anterior a la anexión de territorios realizados por Estados Unidos.
La crisis de Ucrania está avivando las tensiones entre Rusia y occidente y se puede convertir en una crisis mundial dado que Rusia comparte una importante franja de frontera con Ucrania. Kiev está a solo 500 kilómetros de Moscú y los extremistas de derecha que se han tomado las calles quieren también apropiarse de los reactores nucleares construidos por Rusia desde el año 2008 y que producen el 46 por ciento de la energía eléctrica del país.
Todo indica que estas tensiones pueden ir recrudeciendo por lo que su impacto en la economía mundial no tardará en llegar. Se estiman aumentos en el precio del petróleo y los comoddities y una fuerte volatilidad de la monedas dado que la sola idea de una guerra permite especular fuertemente con las principales divisas mundiales como el dólar, el euro, el yen y el yuan.
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24 de febrero de 2014 | 10:01 CET
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En un temprano post del año 2008 advertíamos sobre el tambalente destino de la Europa del Este a la luz de la fuerte caída que se estaba producido en Ucrania. La crisis 2008/2009 significó un descenso para Ucrania del 15 por ciento y fue una de las más profundas del mundo. Sin embargo, la verdadera crisis de Ucrania fue tras el quiebre del bloque soviético, en 1990, que significó una caída en el PIBdel 40 por ciento y un largo retroceso que se prolongó por casi una década. Pese a adoptar en los años 90 todas las tesis del libre mercado, las privatizaciones y las desregulaciones, Ucrania sucumbió a la indiferencia de Europa. El PIB de Ucrania se sitúa hoy en los niveles de mediados de los años 70, lo que indica que ha retrocedido cuatro décadas, en menos de 20 años.
Poco después de la independencia de la URSS en agosto de 1991, el Gobierno ucraniano liberalizó la mayoría de los precios y erigió un marco jurídico para las privatizaciones. La resistencia generalizada a las reformas estructurales produjeron un estancamiento que hacia 1999 hundió el PIB un 40 por ciento desde 1991. La dependencia de Ucrania de la energía que le proporciona Rusia dejó a este país a merced de dos aguas, división que también tiene raíces geopolíticas en los propios ucranianos: mientras unos quieren pertenecer a la Unión Europea, otros sienten que sus raíces están más cerca de Moscú. Este andar a medias aguas es lo que ha dado a Ucrania la mayor inestabilidad, haciéndolovulnerable al vacío de Europa y a las convulsiones externas.
Ucrania depende de las importaciones a Rusia para cubrir tres cuartas partes de sus necesidades anuales de petróleo y de gas natural y el 100 por ciento de sus necesidades de combustible nuclear. Ucrania es la vía de tránsito del gas ruso a Europa y el año 2009 estos países se vieron enfrentados en una seria disputa por los precios del gas. El FMI ha presionado insistentemente a Ucrania para que acelere el ritmo y el alcance de las reformas. Así fue como los funcionarios del gobierno eliminaron la mayoría de los privilegios fiscales y aduaneros en una ley de presupuestos de marzo de 2005. Desde entonces, el FMI no ha dejado de insistir a Ucrania que debe desarrollar más mejoras como la lucha contra la corrupción, el desarrollo del marco legislativo y la mayor liberalización de los mercados financieros.
Desde 1999 la economía de Ucrania fue pujante a pesar de la agitación política interna, y en el período 2000-2007 la economía creció a un ritmo cercano al 7 por ciento, y su PIB pasó de 55 mil millones de dólares a 105 mil millones de dólares (datos del Banco Mundial en dolares de 2005). Gran parte de este crecimiento estuvo impulsado por los altos precios del acero, el principal producto de exportación de Ucrania. China y los países occidentales mantuvieron alta la demanda de acero dado que éste se emplea en la construcción. Es decir que sin querer, Ucrania se benefició también de la burbuja inmobiliaria global. Este aumento del producto permitió a Ucrania un fuerte aumento de los salarios y del consumo interno.
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria los precios del acero se desplomaron y esto sorprendió en muy mal momento a Ucrania por el alto nivel de endeudamiento que había alcanzado en el período del boom. En noviembre de 2008 el gobierno de Ucrania llegó a un pacto con el FMI por un préstamo de 16.400 millones de dólares, a cambio de rápidas reformas. Pero el programa se estancó debido al fuerte retroceso que sufrió la economía con la crisis: una caída del 15 por ciento en 2009, uno de los peores resultados a nivel global. Esto no lo tuvo en cuenta el FMI a la hora de bloquear, a principios de 2011 y por segunda vez, un nuevo acuerdo por un préstamo de 15.100 millones de dólares para Ucrania. Es decir que en dos ocasiones el FMI empujó deliberadamente a Ucrania al borde del precipicio al negarse a socorrer a este país con la misma generosidad y rapidez con que ha facilitado recursos al sistema financiero.
Una amenaza para Rusia
El polvorín desatado por los conflictos económicos en Ucrania puede bien ser una nueva amenaza a otros países europeos. La dramática escalada de las tensiones puede dividir a Ucrania dado que unos quieren entrar a Europa y otros regresar a la alianza con Rusia. La gráfica de ZeroHedge muestra el porcentaje de la población de Ucrania que se identifica con Rusia y su lengua. El alto riesgo es queUcrania puede entrar en default y esto provocaría un shock de crédito en los bancos rusos. Los bancos rusos son grandes tenedores de bonos ucranianos. Los fondos globales emergentes de bonos de mercados mantienen el 3 por ciento de su cartera en deuda ucraniana. De ahí que el efecto indirecto de un default de Ucrania, como espera la agencia Fitch, sería significativo.
Las reservas de divisas de Ucrania se han reducido a niveles de supervivencia y hasta ahora Rusia ha mantenido al país a flote con un préstamo de 3 mil millones de dólares, el primer tramo de un rescate de 15 mil millones de dólares que acordaron en noviembre de 2013 y que ahora ha quedado en suspenso. Este hecho pone a Rusia en el eje del huracán dado que Rusia puede enfrentar grandes pérdidas por impagos y los crecientes costos de apuntalar a la economía de Ucrania.
Rusia no puede seguir apuntalando a Ucrania dado que está cerca de una recesión con una producción industrial que se ha contraído en los últimos años mientras la inversión fija ha disminuido en un 7 por ciento. Aunque Rusia tiene 500.000 millones de dólares en reservas (la tercera mayor reserva en divisas del mundo), sabe que debe tener cautela a la hora de emplear esos recursos dado que en la crisis 2008/2009 perdió 200 mil millones de dólares por apuntalar al rublo y este proceso destruyó una gran parte del sistema bancario ruso.
Rusia nunca se ha recuperado totalmente de la crisis post-Lehman, y se hizo altamente dependiente de las exportaciones de petróleo y de gas natural. Además, Rusia necesita un precio del crudo por sobre 110 dólares el barril para equilibrar su presupuesto. Y la inundación de petróleo de Iran, Irak y Libia puede desatar serias convulsiones en Rusia. Los equilibrios económicos son hoy más precarios que nunca y la famélica situación de Asia, Europa, EEUU y los países emergentes puede llevar el petróleo por debajo de los 100 dólares. Este sería un fuerte golpe para Rusia, un país que cayó en la trampa de la enfermedad holandesa, haciéndose extremadamente dependiente de las exportaciones.
MAR, 3 de 2014
Según el New York Times, “Estados Unidos y la Unión Europea han abrazado la revolución como otro florecimiento de la democracia, un golpe al autoritarismo y a la cleptocracia en el antiguo espacio soviético“. (After Initial Triumph, Ukraine’s Leaders Face Battle for Credibility, NYTimes.com, 1 de marzo de 2014, énfasis añadido)
¿”Democracia floreciente, revolución“? Las sombrías realidades dicen otra cosa. Lo que ocurrió fue un golpe de Estado patrocinado por Estado Unidos, la UE y la OTAN en violación flagrante del derecho internacional.
La verdad prohibida es que Occidente ha dirigido – a través de una operación encubierta cuidadosamente preparada – la formación de un régimen títere integrado por neonazis.
Como lo confirmó la Subsecretaria de Estado, Victoria Nuland, organizaciones clave en Ucrania, incluyendo el partido neonazi Svoboda fueron generosamente apoyadas por Washington: “Hemos invertido más de 5 mil millones de dólares para ayudar a Ucrania a alcanzar estos y otros objetivos…. Vamos a seguir promoviendo que Ucrania alcance el futuro que se merece“.
La prensa occidental ha evitado intencionalmente analizar la composición y fundamentos ideológicos de la coalición de gobierno. La palabra “neonazi” es un tabú. Se ha excluido del diccionario de los medios de comunicación. No aparecerá en las páginas del New York Times, el Washington Post o The Independent. Los periodistas han recibido instrucciones de no utilizar el término “neo-nazi” para designar a Svoboda y al Sector de Derechas.
Composición del Gobierno de Coalición
No se trata de un gobierno de transición en el que los elementos neonazis integran los márgenes de la coalición, encabezada formalmente por el Partido Patria.
El Consejo de Ministros no sólo está integrado por el Svoboda y el Sector de Derechas (por no hablar de los antiguos miembros de la difunta organización fascista UNA-UNSO), a las dos principales entidades neonazis se les han encargado puestos clave que les otorgan el control de facto sobre las fuerzas armadas, la policía y la seguridad nacional.
Si bien el Partido Patria de Yatsenyuk controla la mayoría de las carteras y al líder neonazi de Svoboda Oleh Tyahnybok no se le concedió un puesto principal en el gabinete (al parecer a petición de la Subsecretaria de Estado, Victoria Nuland), miembros de Svoboda y el Sector de Derechas ocupan puestos clave en la áreas de Defensa, Policía, Educación y Asuntos Económicos.
El líder neonazi de Svoboda, Oleh Tyahnybok.
La Subsecretaria de Estado norteamericana, Victoria Nuland, junto al líder neonazi de Svoboda, Oleh Tyahnybok (izquierda)
Andriy Parubiy, co-fundador del neonazi Partido Nacional-Socialista de Ucrania (posteriormente rebautizado como Svoboda) fue nombrado Secretario de la Comisión de Seguridad Nacional y Defensa Nacional (RNBOU), un puesto clave que supervisa al Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas, Policía, Seguridad Nacional e Inteligencia. El RNBOU es el órgano central de toma de decisiones. Si bien está dirigido formalmente por el presidente, es manejado por la Secretaría con una plantilla de 180 personas, entre ellas expertos de defensa, inteligencia y seguridad nacional.
Parubiy fue uno de los principales líderes detrás de la Revolución Naranja en 2004. Su organización fue financiada por Occidente. Es mencionado por los medios occidentales como “kommandant” del movimiento Euromaidán. Andriy Parubiy junto con al líder del partido Oleh Tyahnybok es un seguidor del nazi ucraniano Stepan Bandera, que colaboró en el asesinato en masa de judíos y polacos durante la Segunda Guerra Mundial.
Marcha neonazi en honor a Stepan Bandera
A su vez, Dmytro Yarosh, líder de la delegación del Sector de Derechas en el parlamento, ha sido nombrado secretario adjunto de Parubiy en el RNBOU.
Yarosh fue el líder de los paramilitares neonazis durante el movimiento de “protesta” del Euromaidán. Ha pedido la disolución del Partido de las Regiones y del Partido Comunista.
Dmytro Yarosh dando un discurso en el Euromaidán (centro)
El partido neonazi también controla el proceso judicial con el nombramiento de Oleh Makhnitsky del partido Svoboda a la posición del Fiscal General de Ucrania. ¿Qué clase de justicia prevalecerá con un neonazi de renombre a cargo de la Oficina de la Fiscalía de Ucrania?
También se asignaron puestos en el gabinete a ex miembros de la organización marginal neonazi Asamblea Nacional de Ucrania – Autodefensa Nacional de Ucrania (UNA-UNSO):
“Tetyana Chernovol, retratada en la prensa occidental como una devota periodista de investigación sin hacer referencia a su pasada participación en la antisemita UNA-UNSO, fue nombrada presidenta del comité de lucha contra la corrupción del gobierno. Dmytro Bulatov, conocido por su presunto secuestro por la policía, también con conexiones con la UNA-UNOS, fue nombrado ministro de la juventud y los deportes.
Yegor Sobolev, líder de un grupo cívico en el Maidán Independiente y políticamente cercano a Yatsenyuk, fue nombrado presidente del Comité de Lustración, encargado de purgar a los seguidores del presidente Yanukovich del gobierno y de la vida pública. (Ver: Ukraine Transition Government: Neo-Nazis in Control of Armed Forces, National Security, Economy, Justice and Education, Global Research, 2 de marzo de 2014)
El Comité de Lustración es para organizar la caza de brujas neonazi contra todos los opositores al nuevo régimen. Los objetivos de la campaña de depuración son personas en posiciones de autoridad dentro de la administración pública, gobiernos regionales y municipales, educación, academia, etc. El término lustración se refiere a la “descalificación masiva” de personas relacionadas con el gobierno anterior. También tiene connotaciones raciales. Será con toda probabilidad, dirigido contra los comunistas, los rusos y los miembros de la comunidad judía.
Es importante reflexionar sobre el hecho de que Occidente, comprometido formalmente a los valores democráticos, no sólo encabezó la caída de un presidente electo, sino que ha instaurado un régimen político integrado por neonazis.
Este es un gobierno títere que permite a Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea interferir en los asuntos internos de Ucrania y desmantelar sus relaciones bilaterales con la Federación Rusa. Se debe entender, sin embargo, que los neo-nazis no tienen en última instancia, la última palabra: en virtud de un “régimen de gobierno indirecto” ellos reciben órdenes sobre las cuestiones militares y de política exterior cruciales, incluyendo el despliegue de tropas dirigidas contra la Federación Rusa – del Departamento de Estado norteamericano, el Pentágono y la OTAN.
El mundo está en una encrucijada peligrosa: las estructuras y la composición de este gobierno títere instalado por Occidente no favorecen el diálogo con el gobierno y el ejército ruso.
El RNBOU
Un escenario de escalada militar que lleve a la confrontación entre Rusia y la OTAN es una posibilidad real. El Comité de Seguridad Nacional y Defensa Nacional del Ucrania (RNBOU) que es controlado por neonazis juega un papel central en los asuntos militares. En la confrontación con Moscú, las decisiones tomadas por el RNBOU encabezado por el neonazi Parubiy y su adjunto camisa parda Dmytro Yarosh – en consulta con Washington y Bruselas – podrían potencialmente tener consecuencias devastadoras.
Sin embargo, no hace falta decir que el “apoyo” a la formación de un gobierno neo-nazi no supone, en modo alguno, el desarrollo de “tendencias fascistas” en la Casa Blanca, el Departamento de Estado y o el Congreso de EE.UU.
“El florecimiento de la democracia” en Ucrania – para usar las palabras del New York Times – está avalado por republicanos y demócratas. Es un proyecto bipartidista. No nos olvidemos que el senador John McCain es un firme partidario y amigo del líder neonazi de Svoboda, Oleh Tyahnybok.
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Michel Chossudovsky es autor galardonado, Profesor de Economía (Emérito) de la Universidad de Ottawa, Director del Centre for Research on Globalization (CRG), y Editor de globalresearch.ca. Es el autor de Globalization of Poverty and The New World Order (2003) y America’s “War on Terrorism” (2005). También es colaborador de la Enciclopedia Británica. Sus escritos publicados se encuentran en más de veinte idiomas.
Por Michel Chossudovksy
fuente: https://periodismoalternativoblog.wordpress.com/2014/03/03/la-verdad-prohibida-estados-unidos-instalo-un-gobierno-neonazi-en-ucrania/
Alemania y Estados Unidos han manipulado la crisis de Ucrania
La crisis que ha estallado en Ucrania tras el golpe de Estado de los neonazis de extrema derecha dirigidos por Estados Unidos y Alemania, y la intervención de Rusia en Crimea ha creado la confrontación internacional más peligrosa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Todas las fuerzas militares se han puesto en alerta máxima desde una manera que no se ha visto desde los años 30. Las afirmaciones de que la disolución de la URSS marcó el fin de la era de las guerras y de las revoluciones del siglo 20 han volado en pedazos por los acontecimientos de los últimos días. Justo cien años después del estallido de la primera guerra mundial la humanidad se enfrenta a los peligros de la guerra y el fascismo.La principal responsabilidad en la escalada de la crisis en Ucrania recae en Estados Unidos y Alemania. Ambos países, junto con sus aliados de la Unión Europea, han intervenido sistemáticamente para canalizar el descontento popular con el régimen corrupto del presidente Viktor Yanukovich detrás de las fuerzas nacionalistas y fascistas de extrema derecha. Su objetivo ha sido derrocar al gobierno electo e instalar un régimen alineado con el imperialismo occidental y dispuestos a participar en sus planes para el aislamiento geopolítico de Rusia.
La canciller alemana, Angela Merkel, se reunió con los líderes de la oposición de derecha y su partido, la Unión Demócrata Cristiana, ofreció apoyo financiero a su lider, el ex boxeador Vitali Klitschko. Altos funcionarios de la Unión Europea se reunieron con los líderes fascistas del partido Svoboda y sus bandas armadas en la plaza central de Kiev. Asimismo, la subsecretaria de Estado para Europa y Asia de Estados Unidos, Victoria Nuland, hizo al menos cuatro viajes a Kiev, uniéndose a los "manifestantes" neo-fascistas y sostuvo reuniones con las figuras de la oposición Vitali Klitschko, Arseni Yatsenyuk y el notorio líder Svoboda Oleh Tyahnybok. Nuland reconoció en diciembre que Estados Unidos había cedido 5 mil millones de dólares a Ucrania para acumular fuerzas aliadas a Estados Unidos en el país. La filtrada conversación telefónica de Nuland con el Embajador de Ucrania Geoffrey Pyatt, en la que discutieron la instalación de Yatsenyuk después de derrocar a Yanukovich, expone el grado en que Washington manipuló los acontecimientos en ese país.
No hay duda de que Rusia se enfrenta a una amenaza existencial. La integración de Ucrania en la expansiva alianza anti-Moscú puede hacer a Rusia más vulnerable a los ataques imperialistas. Las declaraciones del secretario de Estado de EEUU John Kerry condenando la "violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania" son de una hipocresía monumental. Kerry, que votó en 2002 para autorizar al presidente George W. Bush de invadir Irak en base a mentiras sobre las armas de destrucción masiva iraquíes, es un hecho que habla por si mismo. Sólo en los últimos 25 años, Estados Unidos ha invadido, bombardeado o derrocado gobiernos en Panamá, Granada, Somalia, Haití, Sudán, Serbia, Afganistán, Pakistán, Irak, Yemen y Libia. Ha llevado a cabo asesinatos y ataques cibernéticos contra Irán y está interviniendo masivamente para derrocar al gobierno de Siria.
Washington y Berlín, en la utilización de estas fuerzas para instalar un régimen títere y hacerse con el control efectivo sobre Ucrania, están avivando una explosión de las tensiones entre los diferentes grupos étnicos y religiosos que amenaza con eclipsar el baño de sangre que acompañó la desintegración de Yugoslavia en la década de 1990. Ese hecho también fue instigado con el apoyo de Estados Unidos y Alemania.
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martes, 4 de marzo de 2014
Ucrania, la nueva presa del FMI
Renaud Vivien, CADTM
El 26 de febrero las autoridades provisionales de Ucrania solicitaron un préstamo al FMI para reembolsar la deuda del país en plazo, es decir, 13.000 millones de dólares solo para este año. El FMI respondió positivamente y decidió enviar una misión de «expertos» a Ucrania para discutir las condiciones de dicho préstamo. Mientras el país está en plena ebullición, el reembolso de la deuda pública aparece como la prioridad absoluta de Kiev y sus acreedores. Para ellos, las necesidades de la población pasan a segundo plano. La situación incluso podría deteriorarse si se llega a un acuerdo con el FMI, que se halla en una posición de fuerza para imponer una cura de austeridad al pueblo ucraniano a cambio del préstamo.
Las dificultades financieras de Ucrania sobre el telón de fondo de la revuelta política son una nueva oportunidad para el FMI de imponer una terapia de choque, como hizo en Grecia, Portugal e Irlanda, aplicando tras el estallido de la crisis violentas medidas de austeridad dictadas por la troika, compuesta por el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo.
En esos países, el riesgo de fallar en el pago a los acreedores (principalmente los bancos privados) fue el punto de partida de la intervención del FMI y sus acólitos europeos. Así Grecia, Portugal e Irlanda, cuando ya no tuvieron acceso a los mercados financieros debido a las tasas de interés prohibitivas, se volvieron hacia la troika, que aprovechó para proponerles préstamos, ciertamente menos onerosos, pero acompañados de programas de austeridad conocidos con el nombre de «memorandos». La lista de medidas contenidas en dichos memorandos siempre es la misma: privatización de sectores estratégicos de la economía, reducción de los salarios, de las pensiones, aumento de impuestos desiguales como el IVA, despidos masivos en la función pública, recortes drásticos en los gastos sociales, etc.
Ahora Ucrania se encuentra en una situación similar, ya que está al borde de detener los pagos y razonablemente no puede pedir prestado en los mercados financieros tras la degradación de su nota por parte de las agencias de calificación. En la actualidad, para poder pedir prestado a corto plazo, Ucrania tendría que pagar una tasa de interés desorbitada del 34,5% frente al 5% de hace solo cinco meses. Por otra parte no puede contar con Rusia, que acaba de anular la segunda entrega de un préstamo de 15.000 millones de dólares tras la destitución del presidente Víktor Yanukóvich.
Así, actualmente Ucrania dispone de un débil margen de maniobra. Sin embargo el FMI en ningún caso puede formar parte de la solución a la vista de las dramáticas consecuencias de los programas de austeridad que impone a las poblaciones desde hace más de 30 años. Es el caso de Grecia, Irlanda y Portugal, así como de los países del Sur sometidos a los planes de ajuste estructural (PAS) desde principios de los años 80 y de los países de Europa del Este que sufrieron una terapia de choque administrada por el FMI en los años 90.
En vez de endeudarse con el FMI para regularizar sus deudas, Ucrania debería cuestionar la legalidad y la legitimidad de esas deudas que piensa pagar con el préstamo del FMI. El reembolso de las deudas públicas no es una obligación absoluta desde el punto de vista político y jurídico. No hay que olvidar que según el derecho público internacional los deberes de un Estado con respecto a su población están por encima de los compromisos adquiridos con sus acreedores y que el reembolso solo es obligatorio para las deudas «adquiridas en el marco de un acuerdo válido y legítimo» (1) como señala el experto de la ONU sobre la deuda Cepahas Lumina. Si las deudas son ilegales o ilegítimas Ucrania no tiene ninguna obligación de reembolsarlas y en consecuencia no existe ningún interés en endeudarse con el FMI.
Una auditoría de las deudas ucranianas permitiría identificar la parte ilegítima que debe anularse sin condiciones. La auditoría permite especialmente responder a estas preguntas: ¿Quién contrajo las deudas? ¿Esas personas tenían competencia jurídica para contratar esos préstamos? ¿Quién se benefició? ¿Los prestamistas pusieron condiciones al conceder los préstamos? ¿Esas condiciones violan el derecho nacional del país? ¿A cuánto se eleva el montante de los intereses acumulados por los prestamistas? ¿Cuáles son los proyectos financiados por la deuda?, etc.
A la vista de la urgencia, una respuesta inmediata podría ser la suspensión del reembolso de la deuda (con la congelación de los intereses) y la congelación de las negociaciones con el FMI a la espera (como mínimo) de los resultados de las próximas elecciones previstas para el 25 de mayo y de un auténtico debate público sobre las implicaciones de un préstamo del FMI y las alternativas al endeudamiento.
Los argumentos para decretar ese tipo de moratoria no faltan. Ucrania y sus acreedores podrían invocar «un cambio fundamental de circunstancias» tras el derrocamiento de Yanukóvich y la naturaleza provisional del gobierno establecido el 26 de febrero. Ahora solo hace falta voluntad política, tanto por parte de las autoridades provisionales de Ucrania como de la Unión Europea, que se declaren al lado del pueblo ucraniano…
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Nota:
(1) Principios directivos relativos a la deuda externa y a los derechos humanos, anexo del informe del experto independiente Cephas Lumina del 10 de abril de 2012 (A/HCR/20/23). Salvo mención contraria, las citas proceden de ese informe.
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lunes, 3 de marzo de 2014
Neonazis de extrema derecha se toman el poder en Ucrania
El grupo de neonazis que desempeñó un papel crucial en el golpe de Estado contra el presidente Yanukovych, ha tomado el control de Ucrania de acuerdo a este informe de BBC. El grupo de extrema derecha utiliza varios símbolos nazis y recibió el amplio apoyo de la Unión Europea y Estados Unidos en el derrocamiento del presidente ucraniano.
Como señala la BBC, los extremistas de derecha jugaron un rol crucial en el golpe de Estado en Ucrania y se han tomado las calles de Kiev. Este movimiento encabezó la alianza contra el régimen de Yanukovich, y trabajó en una coalición liderada desde Alemania por el ex campeón de boxeo Vitali Klitschko.
Los mercenarios procedentes de Alemania encabezaron las manifestaciones en la plaza Maidan que provocaron más de cien muertes. Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quieren buscar una pronta solución política a la crisis en la península de Crimea, un territorio que fue anexado a Rusia por los Zares en 1783 y que forma parte de la historia de Rusia como se puede apreciar en este post de David Stockman. Stockman sugiere a Obama "no meterse en lo que no nos incumbe", dado que, como indica el post, los conflictos de Ucrania, Crimea y Rusia son de larga data y tienen una historia muy anterior a la anexión de territorios realizados por Estados Unidos.
La crisis de Ucrania está avivando las tensiones entre Rusia y occidente y se puede convertir en una crisis mundial dado que Rusia comparte una importante franja de frontera con Ucrania. Kiev está a solo 500 kilómetros de Moscú y los extremistas de derecha que se han tomado las calles quieren también apropiarse de los reactores nucleares construidos por Rusia desde el año 2008 y que producen el 46 por ciento de la energía eléctrica del país.
Todo indica que estas tensiones pueden ir recrudeciendo por lo que su impacto en la economía mundial no tardará en llegar. Se estiman aumentos en el precio del petróleo y los comoddities y una fuerte volatilidad de la monedas dado que la sola idea de una guerra permite especular fuertemente con las principales divisas mundiales como el dólar, el euro, el yen y el yuan.
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Ucrania y el polvorín que desbordó las miserias de la troika
24 de febrero de 2014 | 10:01 CETComentarios 100
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En un temprano post del año 2008 advertíamos sobre el tambalente destino de la Europa del Este a la luz de la fuerte caída que se estaba producido en Ucrania. La crisis 2008/2009 significó un descenso para Ucrania del 15 por ciento y fue una de las más profundas del mundo. Sin embargo, la verdadera crisis de Ucrania fue tras el quiebre del bloque soviético, en 1990, que significó una caída en el PIBdel 40 por ciento y un largo retroceso que se prolongó por casi una década. Pese a adoptar en los años 90 todas las tesis del libre mercado, las privatizaciones y las desregulaciones, Ucrania sucumbió a la indiferencia de Europa. El PIB de Ucrania se sitúa hoy en los niveles de mediados de los años 70, lo que indica que ha retrocedido cuatro décadas, en menos de 20 años.
Poco después de la independencia de la URSS en agosto de 1991, el Gobierno ucraniano liberalizó la mayoría de los precios y erigió un marco jurídico para las privatizaciones. La resistencia generalizada a las reformas estructurales produjeron un estancamiento que hacia 1999 hundió el PIB un 40 por ciento desde 1991. La dependencia de Ucrania de la energía que le proporciona Rusia dejó a este país a merced de dos aguas, división que también tiene raíces geopolíticas en los propios ucranianos: mientras unos quieren pertenecer a la Unión Europea, otros sienten que sus raíces están más cerca de Moscú. Este andar a medias aguas es lo que ha dado a Ucrania la mayor inestabilidad, haciéndolovulnerable al vacío de Europa y a las convulsiones externas.
Ucrania depende de las importaciones a Rusia para cubrir tres cuartas partes de sus necesidades anuales de petróleo y de gas natural y el 100 por ciento de sus necesidades de combustible nuclear. Ucrania es la vía de tránsito del gas ruso a Europa y el año 2009 estos países se vieron enfrentados en una seria disputa por los precios del gas. El FMI ha presionado insistentemente a Ucrania para que acelere el ritmo y el alcance de las reformas. Así fue como los funcionarios del gobierno eliminaron la mayoría de los privilegios fiscales y aduaneros en una ley de presupuestos de marzo de 2005. Desde entonces, el FMI no ha dejado de insistir a Ucrania que debe desarrollar más mejoras como la lucha contra la corrupción, el desarrollo del marco legislativo y la mayor liberalización de los mercados financieros.
Desde 1999 la economía de Ucrania fue pujante a pesar de la agitación política interna, y en el período 2000-2007 la economía creció a un ritmo cercano al 7 por ciento, y su PIB pasó de 55 mil millones de dólares a 105 mil millones de dólares (datos del Banco Mundial en dolares de 2005). Gran parte de este crecimiento estuvo impulsado por los altos precios del acero, el principal producto de exportación de Ucrania. China y los países occidentales mantuvieron alta la demanda de acero dado que éste se emplea en la construcción. Es decir que sin querer, Ucrania se benefició también de la burbuja inmobiliaria global. Este aumento del producto permitió a Ucrania un fuerte aumento de los salarios y del consumo interno.
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria los precios del acero se desplomaron y esto sorprendió en muy mal momento a Ucrania por el alto nivel de endeudamiento que había alcanzado en el período del boom. En noviembre de 2008 el gobierno de Ucrania llegó a un pacto con el FMI por un préstamo de 16.400 millones de dólares, a cambio de rápidas reformas. Pero el programa se estancó debido al fuerte retroceso que sufrió la economía con la crisis: una caída del 15 por ciento en 2009, uno de los peores resultados a nivel global. Esto no lo tuvo en cuenta el FMI a la hora de bloquear, a principios de 2011 y por segunda vez, un nuevo acuerdo por un préstamo de 15.100 millones de dólares para Ucrania. Es decir que en dos ocasiones el FMI empujó deliberadamente a Ucrania al borde del precipicio al negarse a socorrer a este país con la misma generosidad y rapidez con que ha facilitado recursos al sistema financiero.
Una amenaza para Rusia
El polvorín desatado por los conflictos económicos en Ucrania puede bien ser una nueva amenaza a otros países europeos. La dramática escalada de las tensiones puede dividir a Ucrania dado que unos quieren entrar a Europa y otros regresar a la alianza con Rusia. La gráfica de ZeroHedge muestra el porcentaje de la población de Ucrania que se identifica con Rusia y su lengua. El alto riesgo es queUcrania puede entrar en default y esto provocaría un shock de crédito en los bancos rusos. Los bancos rusos son grandes tenedores de bonos ucranianos. Los fondos globales emergentes de bonos de mercados mantienen el 3 por ciento de su cartera en deuda ucraniana. De ahí que el efecto indirecto de un default de Ucrania, como espera la agencia Fitch, sería significativo.
Las reservas de divisas de Ucrania se han reducido a niveles de supervivencia y hasta ahora Rusia ha mantenido al país a flote con un préstamo de 3 mil millones de dólares, el primer tramo de un rescate de 15 mil millones de dólares que acordaron en noviembre de 2013 y que ahora ha quedado en suspenso. Este hecho pone a Rusia en el eje del huracán dado que Rusia puede enfrentar grandes pérdidas por impagos y los crecientes costos de apuntalar a la economía de Ucrania.
Rusia no puede seguir apuntalando a Ucrania dado que está cerca de una recesión con una producción industrial que se ha contraído en los últimos años mientras la inversión fija ha disminuido en un 7 por ciento. Aunque Rusia tiene 500.000 millones de dólares en reservas (la tercera mayor reserva en divisas del mundo), sabe que debe tener cautela a la hora de emplear esos recursos dado que en la crisis 2008/2009 perdió 200 mil millones de dólares por apuntalar al rublo y este proceso destruyó una gran parte del sistema bancario ruso.
Rusia nunca se ha recuperado totalmente de la crisis post-Lehman, y se hizo altamente dependiente de las exportaciones de petróleo y de gas natural. Además, Rusia necesita un precio del crudo por sobre 110 dólares el barril para equilibrar su presupuesto. Y la inundación de petróleo de Iran, Irak y Libia puede desatar serias convulsiones en Rusia. Los equilibrios económicos son hoy más precarios que nunca y la famélica situación de Asia, Europa, EEUU y los países emergentes puede llevar el petróleo por debajo de los 100 dólares. Este sería un fuerte golpe para Rusia, un país que cayó en la trampa de la enfermedad holandesa, haciéndose extremadamente dependiente de las exportaciones.
fuente: http://www.elblogsalmon.com/economia/ucrania-y-el-polvorin-que-desbordo-las-miserias-de-la-troika
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MAR, 3 de 2014
La verdad prohibida: Estados Unidos instaló un gobierno neonazi en Ucrania
Según el New York Times, “Estados Unidos y la Unión Europea han abrazado la revolución como otro florecimiento de la democracia, un golpe al autoritarismo y a la cleptocracia en el antiguo espacio soviético“. (After Initial Triumph, Ukraine’s Leaders Face Battle for Credibility, NYTimes.com, 1 de marzo de 2014, énfasis añadido)
¿”Democracia floreciente, revolución“? Las sombrías realidades dicen otra cosa. Lo que ocurrió fue un golpe de Estado patrocinado por Estado Unidos, la UE y la OTAN en violación flagrante del derecho internacional.
La verdad prohibida es que Occidente ha dirigido – a través de una operación encubierta cuidadosamente preparada – la formación de un régimen títere integrado por neonazis.
Como lo confirmó la Subsecretaria de Estado, Victoria Nuland, organizaciones clave en Ucrania, incluyendo el partido neonazi Svoboda fueron generosamente apoyadas por Washington: “Hemos invertido más de 5 mil millones de dólares para ayudar a Ucrania a alcanzar estos y otros objetivos…. Vamos a seguir promoviendo que Ucrania alcance el futuro que se merece“.
La prensa occidental ha evitado intencionalmente analizar la composición y fundamentos ideológicos de la coalición de gobierno. La palabra “neonazi” es un tabú. Se ha excluido del diccionario de los medios de comunicación. No aparecerá en las páginas del New York Times, el Washington Post o The Independent. Los periodistas han recibido instrucciones de no utilizar el término “neo-nazi” para designar a Svoboda y al Sector de Derechas.
Composición del Gobierno de Coalición
No se trata de un gobierno de transición en el que los elementos neonazis integran los márgenes de la coalición, encabezada formalmente por el Partido Patria.
El Consejo de Ministros no sólo está integrado por el Svoboda y el Sector de Derechas (por no hablar de los antiguos miembros de la difunta organización fascista UNA-UNSO), a las dos principales entidades neonazis se les han encargado puestos clave que les otorgan el control de facto sobre las fuerzas armadas, la policía y la seguridad nacional.
Si bien el Partido Patria de Yatsenyuk controla la mayoría de las carteras y al líder neonazi de Svoboda Oleh Tyahnybok no se le concedió un puesto principal en el gabinete (al parecer a petición de la Subsecretaria de Estado, Victoria Nuland), miembros de Svoboda y el Sector de Derechas ocupan puestos clave en la áreas de Defensa, Policía, Educación y Asuntos Económicos.
El líder neonazi de Svoboda, Oleh Tyahnybok.
La Subsecretaria de Estado norteamericana, Victoria Nuland, junto al líder neonazi de Svoboda, Oleh Tyahnybok (izquierda)
Andriy Parubiy, co-fundador del neonazi Partido Nacional-Socialista de Ucrania (posteriormente rebautizado como Svoboda) fue nombrado Secretario de la Comisión de Seguridad Nacional y Defensa Nacional (RNBOU), un puesto clave que supervisa al Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas, Policía, Seguridad Nacional e Inteligencia. El RNBOU es el órgano central de toma de decisiones. Si bien está dirigido formalmente por el presidente, es manejado por la Secretaría con una plantilla de 180 personas, entre ellas expertos de defensa, inteligencia y seguridad nacional.
Parubiy fue uno de los principales líderes detrás de la Revolución Naranja en 2004. Su organización fue financiada por Occidente. Es mencionado por los medios occidentales como “kommandant” del movimiento Euromaidán. Andriy Parubiy junto con al líder del partido Oleh Tyahnybok es un seguidor del nazi ucraniano Stepan Bandera, que colaboró en el asesinato en masa de judíos y polacos durante la Segunda Guerra Mundial.
Marcha neonazi en honor a Stepan Bandera
A su vez, Dmytro Yarosh, líder de la delegación del Sector de Derechas en el parlamento, ha sido nombrado secretario adjunto de Parubiy en el RNBOU.
Yarosh fue el líder de los paramilitares neonazis durante el movimiento de “protesta” del Euromaidán. Ha pedido la disolución del Partido de las Regiones y del Partido Comunista.
Dmytro Yarosh dando un discurso en el Euromaidán (centro)
El partido neonazi también controla el proceso judicial con el nombramiento de Oleh Makhnitsky del partido Svoboda a la posición del Fiscal General de Ucrania. ¿Qué clase de justicia prevalecerá con un neonazi de renombre a cargo de la Oficina de la Fiscalía de Ucrania?
También se asignaron puestos en el gabinete a ex miembros de la organización marginal neonazi Asamblea Nacional de Ucrania – Autodefensa Nacional de Ucrania (UNA-UNSO):
“Tetyana Chernovol, retratada en la prensa occidental como una devota periodista de investigación sin hacer referencia a su pasada participación en la antisemita UNA-UNSO, fue nombrada presidenta del comité de lucha contra la corrupción del gobierno. Dmytro Bulatov, conocido por su presunto secuestro por la policía, también con conexiones con la UNA-UNOS, fue nombrado ministro de la juventud y los deportes.
Yegor Sobolev, líder de un grupo cívico en el Maidán Independiente y políticamente cercano a Yatsenyuk, fue nombrado presidente del Comité de Lustración, encargado de purgar a los seguidores del presidente Yanukovich del gobierno y de la vida pública. (Ver: Ukraine Transition Government: Neo-Nazis in Control of Armed Forces, National Security, Economy, Justice and Education, Global Research, 2 de marzo de 2014)
El Comité de Lustración es para organizar la caza de brujas neonazi contra todos los opositores al nuevo régimen. Los objetivos de la campaña de depuración son personas en posiciones de autoridad dentro de la administración pública, gobiernos regionales y municipales, educación, academia, etc. El término lustración se refiere a la “descalificación masiva” de personas relacionadas con el gobierno anterior. También tiene connotaciones raciales. Será con toda probabilidad, dirigido contra los comunistas, los rusos y los miembros de la comunidad judía.
Es importante reflexionar sobre el hecho de que Occidente, comprometido formalmente a los valores democráticos, no sólo encabezó la caída de un presidente electo, sino que ha instaurado un régimen político integrado por neonazis.
Este es un gobierno títere que permite a Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea interferir en los asuntos internos de Ucrania y desmantelar sus relaciones bilaterales con la Federación Rusa. Se debe entender, sin embargo, que los neo-nazis no tienen en última instancia, la última palabra: en virtud de un “régimen de gobierno indirecto” ellos reciben órdenes sobre las cuestiones militares y de política exterior cruciales, incluyendo el despliegue de tropas dirigidas contra la Federación Rusa – del Departamento de Estado norteamericano, el Pentágono y la OTAN.
El mundo está en una encrucijada peligrosa: las estructuras y la composición de este gobierno títere instalado por Occidente no favorecen el diálogo con el gobierno y el ejército ruso.
El RNBOU
Un escenario de escalada militar que lleve a la confrontación entre Rusia y la OTAN es una posibilidad real. El Comité de Seguridad Nacional y Defensa Nacional del Ucrania (RNBOU) que es controlado por neonazis juega un papel central en los asuntos militares. En la confrontación con Moscú, las decisiones tomadas por el RNBOU encabezado por el neonazi Parubiy y su adjunto camisa parda Dmytro Yarosh – en consulta con Washington y Bruselas – podrían potencialmente tener consecuencias devastadoras.
Sin embargo, no hace falta decir que el “apoyo” a la formación de un gobierno neo-nazi no supone, en modo alguno, el desarrollo de “tendencias fascistas” en la Casa Blanca, el Departamento de Estado y o el Congreso de EE.UU.
“El florecimiento de la democracia” en Ucrania – para usar las palabras del New York Times – está avalado por republicanos y demócratas. Es un proyecto bipartidista. No nos olvidemos que el senador John McCain es un firme partidario y amigo del líder neonazi de Svoboda, Oleh Tyahnybok.
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Michel Chossudovsky es autor galardonado, Profesor de Economía (Emérito) de la Universidad de Ottawa, Director del Centre for Research on Globalization (CRG), y Editor de globalresearch.ca. Es el autor de Globalization of Poverty and The New World Order (2003) y America’s “War on Terrorism” (2005). También es colaborador de la Enciclopedia Británica. Sus escritos publicados se encuentran en más de veinte idiomas.
Por Michel Chossudovksy
fuente: https://periodismoalternativoblog.wordpress.com/2014/03/03/la-verdad-prohibida-estados-unidos-instalo-un-gobierno-neonazi-en-ucrania/