¿Qué es el "El Círculo Rojo"?

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5 DE SEPTIEMBRE DE 2013

Exclusivo: ¿Qué es el "El Círculo Rojo" de Mauricio...?


A poco de investigar, este humilde Basurero descubrió qué quiso decir Macri cuando se refirió al ya famoso "Círculo Rojo" de poder en Argentina. Empecemos por el princípio.

Foto soyelyugo
El debate abierto sobre la existencia o no del supuesto círculo misterioso y casi inmombrable reconocido por Mauricio Macri no revela nada nuevo en realidad, sino que pone negro sobre blanco lo que tantos analistas, historiadores, estudiosos y blogueros más o menos perspicacez venimos mencionando desde hace unos, digamos, doscientos años... Esto es: que un grupo pequeño de personas o empresas poderosas (establishment, corporaciones, transnacionales, grupo de presión, los dueños de la Argentina, el "Círculo Rojo" o como quiera uno denominarlos) son quienes suelen intervenir privilegiadamente en la elección de las políticas nacionales y, muchas veces, incluso de quienes sean elegidos para implementarlas, es decir, de los funcionarios y hasta de los presidentes... siempre y cuando los gobiernos se lo permitan. Eso es algo que ya citamos en Basurero Nacional en: Y llegó un día en que la oposición descubrió a las brujas...
Lo novedoso es que alguien proveniente de ese mismo círculo de privilegiados, o beneficiado hasta hace poco por las mieles de esa especie de logia del pensar y del opinar sobre los destinos del país, sea quien reveló su existencia. Es como si uno de los miembros de la Logia Lautaro respondiera a un reportaje de la Gaceta en 1818 diciendo que la caída del Triunvirato la provocó una logia de amigos que se juntan en lo de Vieytes para tomar una grapita todos los jueves...

Pero ¿de dónde viene el nombre que el Jefe de Gobierno, procesado por la justicia, le dió a este conjunto de "personalidades influyentes"? Veamos lo que este humilde servidor público encontró:

¿De dónde viene el nombre? De una película francesa de los setenta: Círculo rojo.

Círculo rojo (en francés: Le cercle rouge) es una película francesa de crimen-thriller de 1970 dirigida por Jean-Pierre Melville y protagonizada por Alain Delon.

Sinopsis de la película:
Corey y Vogel consiguen la libertad el mismo día, pero de diferente manera. Mientras que el primero acaba de cumplir la condena en una cárcel francesa, el mafioso Vogel acaba de escapar de la custodia del comisario Mattei. Ambos persiguen un único objetivo: poner en marcha el atraco del siglo.
Además, Vogel está dispuesto a cumplir la promesa que se hizo cuando entró en prisión: robar al jefe de la banda en la que trabajaba antes de entrar en la cárcel. Sin embargo, sus planes no saldrán como los habían previsto. El comisario Mattei les tiene preparada una trampa…
La cinta está escrita y dirigida por el cineasta Jean-Pierre Melville ('El silencio de un hombre', 'El ejército de las sombras', 'El buen ladrón'). A lo largo de su carrera cinematográfica el director francés ha sido guionista, actor, jefe de decorados y productor. El largometraje está protagonizado por Alain Delon, Bourvil y Gian Maria Volonté.
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 Ahora que conocemos de dónde proviene el nombre de "Circulo Rojo" surgen un par de preguntas de la comparación entre la película y la realidad argentina de hoy: ¿Mauricio es Vogel? ¿Quién es el jefe de la banda en la que trabajaba Vogel/Macri antes de caer en desgracia?
Quizás se trate de un final abierto, pero profundicemos un poco más en el tema. Para eso, este humilde servidor público se ve en la obligación de refrescar ciertas memorias sobre lo que Macri denomina misteriosamente como "Círculo Rojo", que no es ni círculo ni rojo porque tiene forma de pulpo con decenas de tentáculos y es oscuro y demasiado resbaloso para ser agarrado por las instituciones argentinas, como sabemos.
Para ello repasemos algo que reflejaron los medios hace unos añitos y comparemoslo con lo que dió a entender quien parece que hoy ha sido dejado fuera de ese círculo:


En mayo de 2010, la revista Noticias informaba que:

Cómo fue el encuentro entre los principales empresarios y la Corte.
La revista Noticias revela detalles de la reunión reservada que mantuvieron. De qué hablaron Magnetto, Rocca y Pagani con Lorenzetti. La preocupación del Gobierno.
Se juntaron en el momento en que la tensión con el Gobierno está en su punto más alto. Los empresarios más importantes del país y el presidente de la Corte Suprema de Justicia, hoy no muy bien visto por el kirchnerismo. El lunes 26 de abril, Ricardo Lorenzetti recibió en su despacho del cuarto piso del Palacio de Tribunales a la cúpula de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Allí estaban los hombres de negocios que conducen la entidad: el CEO de Clarín, Héctor Magnetto; el presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca; el titular de Arcor, Luis Pagani; el dueño de laboratorios Sebastián Bagó –todos vicepresidentes– y el nuevo presidente de AEA, Jaime Campos.
El primero en llegar fue Magnetto, el principal enemigo político del matrimonio presidencial.
La Corte aún debe resolver temas vitales para Clarín, como las decisiones sobre la constitucionalidad de la Ley de Medios –que aprobó el Congreso y está trabada en la Justicia– y sobre los exámenes de ADN de los hijos que Ernestina Herrera de Noble adoptó durante la última dictadura militar. Magnetto, Rocca, Pagani, Bagó y Campos salieron de la reunión pasadas las 18.30 y de muy buen humor. Los hombres fuertes de Techint y Clarín caminaban adelante, conversando animadamente, y el resto los seguía.
Anochecía en el Palacio y ya casi no quedaba nadie. Bajaron por el ascensor reservado para los ministros de la Corte Suprema y se detuvieron durante unos veinte minutos conversando en la planta baja.
El temario. ¿De qué hablaron los pesos pesados de AEA y el presidente del máximo tribunal durante una hora y media? NOTICIAS se lo preguntó a Paolo Rocca al término del encuentro, pero el CEO de Techint se excusó rápidamente: "No, no, hoy no". Sin embargo, fuentes de AEA aseguran que entre los motivos de la cita figuraba en primer plano la confrontación entre el Gobierno los medios y periodistas. "Se habló, entre otros temas, de la agudización de los ataques", confiaron desde una de las empresas que participó de la reunión.

Otro medio agregaba información sobre otras reuniones secretas (o al menos "no públicas") realizadas en 2010:

En los últimos diez días, lo que era un secreto a voces salió a la luz con la potencia de lo innegable: la agenda y las candidaturas de gran parte de la oposición política se resuelven en las sedes de las grandes corporaciones e, incluso, en la intimidad de las casas de sus hombres más poderosos. La reunión que convocó a Eduardo Duhalde, Carlos Reutemann, Felipe Solá, Francisco De Narváez y Mauricio Macri en uno de los departamentos de Héctor Magnetto no llegó a la obscenidad de la foto que, una semana antes, había mostrado a los 12 variopintos apóstoles en el predio de la Rural, pero reveló sin medias tintas quién maneja los hilos de la pelea contra el kirchnerismo con vistas a las elecciones del año próximo (2011).
Miradas al Sur pudo saber que no era la primera vez que estos cuatro dirigentes del peronismo disidente y el jefe de Gobierno porteño se reunían –hasta entonces en secreto– convocados por el CEO de Clarín, y que el tema central del encuentro del martes fue comenzar a definir la candidatura del sector. Al día siguiente, Magnetto volvió a asumir el papel de líder opositor durante el almuerzo realizado en la Unión Industrial Argentina, donde compartió la mesa con los principales dirigentes de esa entidad y de la poderosa Asociación Empresaria Argentina, que le responde.
La filtración a la prensa de la comida del martes a la noche en el departamento que Magnetto tiene en Alvear y Cerrito, lindero con la Embajada de Brasil, fue deliberada. No se debió a un descuido de los participantes, sino que tuvo una clara intención: mostrar al CEO de Clarín por encima de las principales cabezas de la oposición política, oficiando de estratega y, también, de mediador entre ellos. "Esas reuniones son una rutina, sólo que ahora las quieren mostrar. Estos mismos dirigentes también se han reunido con José Aranda (miembro del directorio del monopolio). Son socios políticos de Clarín. Y Macri, aunque no pertenece al peronismo federal, es parte de las reuniones desde siempre", dijo a Miradas al Sur un dirigente de ese espacio que pidió reserva de su nombre. "El problema es que no tienen candidato y están preocupados por eso. Se les cayó Reutemann; Solá es imposible que llegue y lo mismo pasa con Duhalde. En las cuentas que hacen, hoy ven que la disputa está entre alguno de los Kirchner y Alfonsín. Y piensan que con la economía en crecimiento las posibilidades de que ganen los Kirchner son muy grandes", agregó.
"La reunión del martes tuvo una agenda bien definida –confirmó a Miradas al Sur un hombre de confianza de Felipe Solá–". Primero que nada querían definir de una vez por todas si Reutemann, que era el candidato que todos querían, iba a ir o no. Eso ya está, no va a ser. El otro tema que se discutió fue si les convenía dar la pelea en una interna del PJ o por afuera, y la opinión que predominó fue la de competir por afuera. Macri, por ahora, quedó afuera de todo. No va a participar de una interna dentro del peronismo federal
Esta falta de liderazgos claros en la oposición habría sido una de las razones por las cuales Magnetto decidió salir de las sombras y mostrarse como el gran armador. Y la razón última de la filtración de la reunión a la prensa, una jugada que no cayó bien entre los otros participantes del encuentro. Quien más mostró su desagrado fue Felipe Solá: "Resulta que ahora tengo que explicar por qué voy a cenar con Magnetto. No voy a pisar el palito de la inquisición que divide entre buenos y malos. Es ofensivo que piensen que recibo instrucciones porque insultan mi inteligencia. A mí no me mandonea nadie", se defendió y después –como si se tratara de señalar a algún compañerito de escuela ante la maestra– dijo que Magnetto no sólo se había reunido con ellos, sino también con Ricardo Alfonsín.
Así las cosas, si algo hay que agradecerle a Magnetto –y también a Biolcati– es haber contribuido, en estos últimos días, a clarificar el tablero político de la Argentina: ya se sabe quiénes manejan los hilos de gran parte de eso que hoy los grandes medios llaman "la oposición".
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Veamos más detalles sobre estos manejos del "círculo":

La senadora santafesina Roxana Latorre aclara que es peronista y no kirchnerista. No se fue voluntariamente del bloque de dos legisladores que compartía con su jefe, Carlos Reutemann. El corredor la expulsó hace un año y Latorre quedó en solitario.
Y agregó que "no puede ser que Héctor Magnetto diga: mi trabajo es sacar y poner presidentes".
Lo cierto es que, como en el caso de Latorre, el día que no alinean su agenda y sus posiciones a las de Magnetto, la ira de Dios –como se hace llamar el CEO de Clarín– estalla en las páginas del diario y los zócalos de TN o las noticias de Radio Mitre. La senadora dijo que no apoyaría la movida del 82% móvil porque era una propuesta irresponsable. Bastó para que los medios del grupo la castigaran.
Hasta ahora, justamente, la gran habilidad del CEO era operar en silencio y en las sombras. Magnetto jugó un papel muy activo en la salida anticipada de Raúl Alfonsín. Clarín castigó muy duro al radical que dejó el gobierno el 8 de julio de 1989, cinco meses antes de lo establecido por mandato constitucional. La asunción anticipada de Carlos Menem fue celebrada por Clarín y Magnetto en persona operó con el polifuncional Roberto Dromi, la entrega de Canal 13 por una cifra muy delgada. El romance con el riojano duró bastante pero empezó a tambalear cuando el multimedios, que venía cableando el país para dar televisión paga, quería a toda costa incorporar telefonía a su red. La negativa del menemismo a las pretensiones de Magnetto tenían nombre y apellido: Telecom y Telefónica.
(...) el 28 de agosto, cuando se cumplían 50 años de la salida del primer diario Clarín, el gran ausente de la megafiesta del monopolio fue Menem. Empezaban las investigaciones sobre el contrabando de armas y la campaña lenta y persistente del monopolio contra el riojano.
Después de eso, Magnetto se ufanó de haber estado siempre en la decisión de quién sería el nuevo presidente.
Luego llegó la candidatura de Cristina Fernández y empezaban a dividirse las aguas. Pocos reparan en la tapa de Clarín del 28 de octubre de 2007, cuando decía que "había clima de segunda vuelta". Era el prólogo de las campañas para limar y controlar el enorme consenso logrado por el kirchnerismo que lo ponía a las puertas de contar con un poder político capaz de evitar los constantes consejos de Magnetto.
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Ahora recordemos otras acciones de uno de los miembros del Círculo de ex-fans de Macri:

El CEO de Clarín se reunió con 15 de los ejecutivos más influyentes del país, un día después de que invitara a una cena secreta a Macri y todos los principales dirigentes del peronismo opositor. De esta manera, el representante de uno de los diarios más importantes de Argentina marcó su postura política y económica.
Héctor Magnetto decidió tirar toda la carne al asador. En la misma semana se rodeó del poder económico más concentrado de la Argentina para emitir un comunicado contra los Kirchner; y demostró con una cena que él podía resolver lo que la política no puedo hasta ahora: juntar a Mauricio Macri con todos los líderes del peronismo opositor.
La tapa de La Nación de hoy es impactante ye refleja a la perfección la arriesgada jugada del CEO de Clarín. En una foto apaisada a dos columnas se ve a Magnetto junto a líderes empresariales como Paolo Rocca de Techint, Cristina Ratazzi de Fiat, Federico Nicholson de Ledesma, Miguel Acevedo de Aceitera General Deheza, Adrián Kaufmann de Arcor y al titular de la UIA Héctor Méndez, entre otros. Sorprendió la ausencia de representantes de la Mesa de Enlace y el sector financiero.
Como sea, al término del almuerzo celebrado en la sede de la UIA los empresarios emitieron un comunicado en el que reclamaron por la vigencia de un "marco institucional republicano sólido, la seguridad jurídica, reglas de juego estables y previsibles y pleno respeto de la actividad privada". Casi un telegrama colacionado al matrimonio Kirchner.
En el almuerzo, según relata La Nación, Magnetto fue el más duro.
No queda claro en qué beneficia a Magnetto tomar una posición política tan nítida cuando falta más de un año para las elecciones (de 2011) y todavía hay cantidad de cuestiones neurálgicas sin definir, como saber qué tan maltrecho saldrá Macri de su juicio político y quien será el candidato del peronismo opositor, si habrá o no internas, etc.
Sin contar con la espinosa situación de exhibirse involucrado en la cocina de la política, mientras que al mismo tiempo como dueño de medios debe informar lo más objetivamente posible sobre esa actividad. Incomodidad que es acaso más flagrante en Francisco de Narváez, dueño de El Cronista que hoy también se perdió la primicia de la cena que tuvo su propietario.
Pero claro, Magnetto es uno de los hombres mejor informados del país, de manera que seguramente cuenta con elementos de peso para decidir una movida de las más fuertes que se recuerden en los últimos años y que casualidad o no, coinciden con la recuperación política de los Kirchner.
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Más detalles sobre lo que pasó en esa cumbre de Magnetto y compañía:

Carlos Miguens y Sebastián Bagó fuetron los más críticos de la necesidad de difundir una foto de la cumbre que el CEO de Clarín, Héctor Magnetto, coordinó entre la cúpula de AEA y la UIA. "Los industriales estamos para producir, no para sacarnos fotos ni pelearnos con el Gobierno", fue el concepto.
Carlos Miguens estaba incómodo el miércoles pasado en la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA), después del almuerzo de la central fabril con la cúpula de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) que terminó en lo que, dadas las reacciones, ya podría llamarse "la foto del horror": la imagen de 14 de los hombres de negocios más importantes del país con Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, revela hoy la imperdible columna dominical de Francisco Olivera de La Nación.
No era el único: el disgusto contagiaba a Sebastián Bagó, que deambuló varias veces antes de posar. Sobre el final de la reunión, algunos se quedaron discutiendo sobre la necesidad de enviar o no el comunicado que finalmente ofuscó a la Casa Rosada.
Volvieron a ser planteados el viernes en la UIA, en otro almuerzo al que se invitó a la embajadora de Estados Unidos, Vilma Socorro Martinez. Acompañada por cuatro colaboradores, la norteamericana les preguntó cómo veían la economía nacional y del mundo. Los empresarios replicaron con idénticas averiguaciones sobre la visión de la funcionaria.
De todos modos, el enojo del Gobierno por el encuentro con Magnetto llegó 48 horas después. El rol de mensajera le tocó esta vez a la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, que les enrostró a los ejecutivos haber coincidido con los lineamientos de la década del 90.
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¡Y daaalee con el "Círculo Rojo"!:

(...) las principales cabezas del peronismo disidente y Mauricio Macri se reunieron el martes por la noche en casa de Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, quien los invitó para articular ese sector de la oposición en torno de una sola candidatura presidencial.
Aunque, en principio, desde el PRO trataban de bajarle el tono a la noticia asegurando que se había tratado de "una reunión social", un hombre muy cercano al procesado jefe de Gobierno le confió a Página/12 que la cena fue organizada por Magnetto ("el único con ese poder de convocatoria, acotó), con el supuesto objetivo de anunciarle a Macri que él será el elegido.
Pero las versiones difieren. Desde el rincón duhaldista insisten con que Macri debe ingresar al espacio y participar de una interna si pretende encabezar el conglomerado.
Si no ingresa al peronismo se queda sólo con su partido vecinalista."

Como sea, las fuentes consultadas por LPO coinciden en que Duhalde fue quien organizó la reunión con Magnetto, aunque su idea no era que se filtrara por los medios. En su entorno, al menos, tratan de que se esfume cuanto antes, sabiendo tal vez que los kirchneristas tendrán un elemento más para acusarlos de complotar.
El otro tema que dejó la reunión es la posición de Carlos Reutemann, otro de los presentes y que, según los trascendidos, habría ratificado una vez más que no será candidato a presidente.

La militancia empresaria produjo dos reuniones llamativas, indudablemente ligadas. Una fue pública y profusamente difundida: la de los popes de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) con los de la Unión Industrial Argentina (UIA). La otra se mantuvo en secreto, por un tiempito: la cena que convidó el CEO de Clarín, Héctor Magnetto, a cinco precandidatos del espacio PJ federal-Unión PRO. Hay, para empezar, un común denominador (para nada mínimo) entrambas: es la centralidad de Magnetto, un protagonista que antaño curtía el perfil bajo. A más de un año de las elecciones, se repite un rol playing consabido: las corporaciones toman la vanguardia del archipiélago opositor, hacen campaña contra la continuidad del oficialismo, le dan letra y regañan a la dirigencia del grupo A. Estos son actores de reparto, cuando no claque, pero (¡ay!) resultan imprescindibles para el ansiado recambio electoral.
De la tenida poco se sabe. Se ignora qué les propuso (u ordenó) Magnetto a cinco emergentes del voto popular, lo que no impide que su participación en esa cena dé lástima o bronca o las dos cosas a quienes creen en la preeminencia de la política. A estar a la crónica oficial del espacio multimediático, Lole reiteró su negativa a postularse para la Presidencia y los otros comensales no comprometieron unidad para el futuro. La comida no resultó tan sabrosa, cabe concluir.
El cuadro replica lo que ya es un clásico. Los dirigentes son sumisos con las corporaciones (rural, industrial o eclesiástica), pero preservan su juego propio, la competencia interna. Para los poderes fácticos, esas diferencias son adjetivas, dejando la sensación de que cualquier bondi electoral les viene bien. Es razonable si la plataforma política la disponen ellos o, al menos, si incluye una licuación del poder relativo del gobierno a favor de las corporaciones. El sistema político de fines del siglo XX puso en acto ese paradigma.
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Y para finalizar, un toque de historia sobre el calibre de estos miembros del círculo macrista (?) no viene mal. Para ello sumerjámonos en unos párrafos del último libro del periodista e investigador Horacio Verbitsky y Juan Pablo Bohoslavsky, Cuentas Pendientes. Los cómplices de la dictadura, sobre la complicidad o coautoría de este tipo de empresarios en la última dictadura:

El terrorismo de Estado contó con un plan político y económico que produjo ganadores y perdedores, tal como plantea Eduardo Basualdo en el capítulo 4. Ese resultado final fue el reflejo de una trama de relaciones económicas que los distintos autores explican en detalle y que convergieron en la abrupta y antidemocrática interrupción del modelo de sustitución de importaciones. El gobierno obtenía apoyo económico (y político vinculado a la economía) de aquellos que precisamente se beneficiaban tanto de las prebendas económicas que les otorgaba el Estado dictatorial.
Terrorismo de Estado y economía… (subsidios, exenciones impositivas, eliminación –incluso física– de competidores, negocios corruptos, privatizaciones, etc.) como de las condiciones de mercado que generaba la represión de determinados sectores de la sociedad.
Este esquema de apoyos y beneficios recíprocos fue reconocido por el propio ministro de Economía entre 1976 y 1981, Alfredo Martínez de Hoz, quien explicó abiertamente:
Las Fuerzas Armadas son el pilar y el sustento del presente proceso. Puedo decir que he recibido toda forma de apoyo a mi gestión por parte de las Fuerzas Armadas, cosa que es natural que haya sido así porque este programa económico fue aprobado por las Fuerzas Armadas antes de hacerse cargo del poder,
y yo estoy ejecutando un programa aprobado por las Fuerzas Armadas.
La militarización de las grandes industrias argentinas y la consecuente represión sistemática para disciplinar a los trabajadores y sus representantes implicaron no ya la connivencia sino un activo involucramiento de las empresas que, a su vez, se vieron fuertemente beneficiadas por la reducción de los derechos laborales. No sólo se trataba de eliminar al enemigo interno, sino también de refundar un modelo productivo basado en la exacción violenta de los trabajadores. Think tanks económicos y sindicatos patronales intentaron una defensa técnica, política e institucional de aquella maquinaria económico-criminal, cuyas repercusiones sociales, económicas, legales y políticas aún hoy son palpables.
En el capítulo 5, Alfredo Calcagno explica el manejo de las finanzas públicas durante la dictadura, y concluye que estas estuvieron intrínsecamente vinculadas al proyecto de país impuesto: se introdujeron sesgos regresivos tanto en la estructura de gastos como en la de ingresos, tras reconfigurar la economía y la sociedad argentinas, haciendo retroceder el papel integrador del Estado para consolidar el predominio del sector financiero (nacional y extranjero) y de los grandes grupos económicos.
En la sexta parte, "Patronales industriales y agropecuarias: complicidad y beneficio", se describe el apoyo político que brindaron al régimen las cámaras industriales y agropecuarias, así como las grandes industrias y los terratenientes del país, lo cual explica los beneficios económicos que esos mismos sectores recibieron en forma directa de las políticas económicas de la dictadura.
En el capítulo 15, Martín Schorr expone la participación de empresarios industriales en el gabinete nacional, la desindustrialización nacional generalizada y acelerada, el desarrollo industrial selectivo en beneficio de un grupo concentrado de empresas nacionales y transnacionales que reprimarizaron la industria nacional, la especulación financiera en detrimento del Estado, las subvenciones estatales, la caída del salario real de los trabajadores industriales, y cómo todo ello desembocó en una mayor capacidad política de ese grupo industrial concentrado para condicionar la trayectoria de la economía nacional.
Por su parte, las cámaras patronales agropecuarias asumieron, desde 1974, una actitud de confrontación abierta contra el gobierno democrático y sus bases constitucionales, como explican Mario Rapoport y Alfredo Zaiat en el capítulo 16. Esas mismas entidades recibieron sin sorpresa y con beneplácito la noticia del golpe de 1976.
Por último, en el capítulo 19, Andrea Gualde describe en detalle el caso de "Papel Prensa". Esta empresa fue arrebatada a sus dueños originales, la familia Graiver, mediante una sofisticada y planificada maniobra contractual, societaria, normativa y criminal, puesto que incluyó la comisión de crímenes aberrantes contra los integrantes de esa familia y otros directivos de la compañía, a fin de forzarlos a transferir la propiedad a favor de los diarios La Nación, Clarín y La Razón. Este caso de apropiación ilegal de una empresa es enmarcado en el plan de exterminio de la disidencia, la necesidad de propaganda del régimen y de una prensa escrita adicta, la importancia estratégica de la materia prima para los diarios y las ventajas de su manejo monopólico para la gran prensa escrita.
En el capítulo 20, Damián Loreti describe la complicidad editorial de los medios de comunicación más importantes del país, así como los beneficios económicos que estos recibieron a cambio. En ese contexto, son presentados y discutidos la Ley de Radiodifusión, el caso "Papel Prensa", la cobertura de la guerra de Malvinas y la línea editorial (adicta) de los grandes medios en temas políticos así como económicos.

Ahora que tenemos más claro de qué hablamos cuando hablamos de círculos, presiones, influencia y votos, esperemos que se siga aclarando el debate político nacional, y se dejen de lado las medias verdades y los sobreentendidos de parte de analistas, políticos y panelistas de medio pelo cuando se hable de poder, gobierno y modelos políticos.

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