Hay que esperar el pasado

"Hay que esperar, muchachos, el pasado ya va a llegar..."



No lo dijo, pero el Sr. D bien podría haber disparado esta frase en su balance desencajado. Hay caras y caras, me gusta semblantear, y cuando D salíó a articular un discurso de letra conocida no pudo con su genio, se despachó con las deformaciones de los bunkers electorales (paradoja1: él hablaba desde su bunker), habló de paz y de reconciliación (le faltó decir con "casi todos", porque -paradoja2- despreció las banderas militantes por setentistas o mejor dicho "subversivas").
Y cuando el Gran Petiso dijo "subversivas" se me erizó la piel y maldije otra vez esas cajas de Pandora que abren los "mierdosos de comunicación" porque ellos son quienes instalan el pasado por sus miedos, justamente ellos, -paradoja3- los benefiarios de ese pasado de terror.
No obstante, le creí al "Tachuela" cuando dijo con su incredulidad mal disimulada y fingiendo una sonrisa ganadora: "esperen a las tres de la mañana y van a ver..." y agregó: "yo me quedo trabajando".
Bueno, él se retiró a cumplir su sueño (se fué a dormir, bah!) y yo me quedé despierto toda la noche, y luego de las tres, sería por el cansancio, mientras rebobinaba la jornada, los discursos, y me confundía envuelto en mi bandera entre la multitud que celebraba su algarabía me pareció ver a un costado, entre la gente, un poco incrédulos, un poco deseosos de participar de la fiesta, boyando a contramano, un interminable desfile de fantasmas.

IXX (2011)

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