Capitán de pájaros

Capitán de pájaros - (Antonio E. Agüero)    


Antonio Esteban Agüero ha sido un poeta que honró su tierra. No me refiero tan solo a la Villa de Merlo, donde con razón lo veneran, ni siquiera a San Luis, sino a la Argentina. Nació en 1917, fue maestro, vivió intensamente… Otro poeta y cantor, Jorge Altamirano – también de Merlo este puntano – dice de él que era de buen pico para el verso y el vino. (Condiciones que suelen andar juntas generalmente)

En 1953, en medio de una cacería de contreras, el poeta Agüero – un radical de siempre – cayó preso. Dos meses lo tuvieron en una cárcel en San Luis, y otros seis meses le «concedieron» prisión domiciliaria. Como la casa que habitaba Agüero en ese momento era la de su abuelo materno, y estaba precisamente en la entrada de la villa serrana y turística de Merlo, el poeta tuvo la cárcel mejor ubicada del país. Un cartel a la vista de todos los que buscaban la «eterna primavera» con la que en aquellos tiempos ingenuos se publicitaba el seco clima merlino. Pero claro, ¿quién iba a protestar? No eran tiempos para recordar los derechos humanos.

¿Por qué lo metieron preso? El pretexto fue una poesía de Agüero, titulada «Capitán de un ejército de pájaros». El poeta decía que a la cabeza de un ejército de mariposas y de pájaros iba a ocupar la Plaza de Mayo para jurar como Presidente de la Nación «para organizar la Patria», «por la sangre derramada», «por los indios y los blancos muertos», y «el dolor de las jóvenes paridas». Recomendaba guardar tanques y aviones, porque no se podía con su división blindada de águilas, ni contra el millón de caballos espectrales que traía, jineteados por muertos de Facundo, el Chacho Peñaloza, de Ramírez y los sableadores de Pringles y de tantos otros que dieron su sangre en la Guerra de la Independencia y en las contiendas interiores, porque quería jurar en viejos balcones del Cabildo por el sol y la luna, la tierra y el suelo hacer de este país la Patria.
(por Álvaro Carlos Otero)


Capitán de pájaros

Yo, Antonio Esteban Agüero,
capitán de pájaros,
general de livianas mariposas,
estoy en Buenos Aires,
la capital del Plata,
para ser presidente
y organizar la Patria.

Detrás he dejado
los pueblos que me siguen,
ejército de alondras,
la división blindada de los cóndores,
las águilas que saben del sabor de la piedra,
calandrias,
chalchaleros,
chiriguas mañaneras,
los secretos lechuzos que me pasan
la información del día y de la noche.

Tengo un millón de caballos
¿Escucháis su relincho?
Que rodean la urbe por sus cuatro costados,
sus jinetes son muertos de Facundo,
son muertos de Ramírez,
montoneros del Chacho
sableadores de Pringles,
domadores,
remeseros,
rastreadores,
guitarreros,
espectrales jinetes que cabalgan
mi millón de caballos.

Les ruego que se rindan
que depongan las armas,
que guarden los tanques,
y encierren los cañones,
porque mañana a mediodía
quiero estar en la Plaza de Mayo
sobre viejos balcones del Cabildo
para ser presidente y
prestar juramento:
por los ríos de sangre derramada,
por los indios y los blancos muertos
por el sol y la luna,
por la tierra y el cielo,
por el padre Aconcagua,
y por el Mar oceánico,
y por todas las hierbas y los bosques,
y por todas las flores y los pájaros,
y por el hambre de los niños pobres,
y la tristeza de los niños ricos,
y el dolor de las jóvenes paridas,
y la agonía de los viejos ...
Juro
Yo juro.
Hacer de este país la Patria.
Ordeno que se rindan
porque mañana a mediodía
entraré en Buenos Aires.
Tengo un millón de caballos
¿Escucháis su relincho?
Nadie podrá atajarme


Publicado en:


(éste último sitio es muy interesante)

Nota: no pude encontrar la nota original de Alvaro Otero pero de todos modos el poema está completo y el resto de la información es verificable.
Creo que vale la pena postearlo.
IXX ;)

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