Hace unas semanas, los medios de comunicación nos mostraron largos debates, interminables, sobre el derecho de "impartir justicia por mano propia". Soy cuidadosa en encomillar esa falacia por varias razones. En primer lugar, no todos los ciudadanos somos jueces, aunque sí, todos los jueces son ciudadanos. En segundo lugar, la justicia en un estado de derecho se imparte luego de un proceso judicial, aporte de pruebas, defensa de los acusados, y la evaluación de un tribunal (tres jueces) produce una sentencia acorde a las leyes vigentes. En el caso del llamado "médico justiciero", nada de esto estuvo presente. Se trataba de un señor que dijo que le disparó y mató a otro porque le estaba robando el auto; razón por la que volvió a su domicilio, tomó un arma que escondía en un cantero, y le descerrajó 3 o 4 balazos al occiso. Remarco el "dijo que", porque el muerto obviamente no podía hablar para contarnos su versión. Y tampoco había otros testigos .