Los mercados
http://rambletamble.blogspot.com.ar/2015/03/me-aplasto-ver-este-ranking-pero-ya.html
3/20/2015
me aplastó ver este ránking, pero ya estaba duro mucho antes
Argentina: anteúltima en otro ranking semicolonial. ¡Enhorabuena!
Autor | Belen Ennis
18-03-2015 | Los cerebros al servicio de la semicolonia, empleados de las usinas ultraconservadoras que sus amos desparraman por toda América Latina, trabajan duro desde hace años. Saben que deben cumplir una misión importante: debilitar a los gobiernos populares de la región. A tales fines cualquier invento que contribuya a la desestabilización es bienvenido y, tal como hemos destacado en varias oportunidades, para cumplir esos objetivos ya no son tan necesarias las balas de plomo. En el siglo XXI los atentados contra los movimientos de liberación nacional de nuestra América Latina se realizan desde cómodos escritorios, lanzando misiles de tinta y celulosa.
Entre las últimas novedades en materia de inventos desestabilizadores encontramos el "Ranking de Ministros de Hacienda" elaborado por América Economía, una revista económica ideológicamente emparentada con lo peor del conservadurismo planetario. Se trata de un ranking regional de ministros de Economía que cataloga de mejor a peor a los funcionarios que desempeñan dicho rol en 18 países de América Latina y el Caribe. Nuestro Ministro de Economía, Axel Kicillof, se encuentra en el anteúltimo lugar mientras que el Ministro de Economía venezolano, Rodolfo Marco Torres, no puede más que ocupar el último puesto. Se preguntará el lector quién tiene el gran privilegio de ser el Ministro de Economía "Number One": Dulcidio De La Guardia, Ministro de Hacienda de Panamá; un país que desde el año 2007 hace muy bien los deberes según los requisitos del FMI.
No es de extrañar que las conductas económicas de dicho país sean el ejemplo a seguir. Recordemos que Estados Unidos encuentra en Panamá y en su famoso Canal una vía de negocios fructífera y barata entre el Océano Pacífico y el Atlántico. Tampoco sorprende la misma actitud por parte de los buenos alumnos del Imperio, ideólogos del establecimiento de la semicolonia por estos lares. A propósito, el diario La Nación -quien también replica en sus páginas el resultado del Ranking de Ministros de Hacienda bajo el título "Kicillof penúltimo en un ranking regional"- recomendaba a sus lectores, a través de una supuesta fuente y en el contexto de las más de 4.000 cuentas de argentinos no declaras en el HSBC de Suiza, que una opción válida podría ser "sacar la ciudadanía panameña para quedar fuera del radar de la AFIP".
A tono con lo anterior, la revista América Economía, madre del ranking de ministros al que hacemos referencia en este artículo, también felicita al buen alumno Panamá: "Dulcidio de la Guardia, ministro de Finanzas de Panamá. Un canal de prosperidad. (…) Con apenas cinco meses en la cartera, De la Guardia recoge los frutos de un país que, desde 2007, inició una ruta de apertura comercial y de atracción de inversión extranjera. A través de programas como Sedes de Empresas Multinacionales, que ofrecen (entre otras cosas) franquicias tributarias para instalarse en Panamá Pacífico y Zona Libre de Colón, el país logró atraer 112 compañías en siete años. En este lapso la inversión extranjera directa aumentó en 149,6%, según datos del FMI en dólares corrientes". Bajo este panorama queda bastante claro que los conceptos de independencia económica y de soberanía política no ponderan en las mediciones del Ranking de Ministros de Hacienda.
Volvamos a las cuestiones operativas y metodológicas de dicho ranking. Como habíamos destacado anteriormente, el mismo evalúa el desempeño de los ministros de finanzas o hacienda de 18 países de América Latina y el Caribe. Agregamos ahora que la gestión de cada ministro se registra mediante dos herramientas principales de medición. Por una parte, se toman los resultados macroeconómicos que estima el Fondo Monetario Internacional, entre los cuales se incluyen: a) ahorro nacional bruto como porcentaje del PIB; b) crecimiento porcentual del PIB, 2013-14; c) inflación 2014; d) deuda pública como porcentaje del PIB 2014. Cabe destacar que estos índices macroeconómicos del FMI representan el 20% de ponderación en el índice final del ranking. Por otra parte, la segunda herramienta de medición para calcular quién ha sido el mejor/peor ministro de economía parte de una encuesta realizada por la propia revista a economistas latinoamericanos y lectores afines. De manera insólita, los resultados de esta encuesta de opinión marcan el 80% de ponderación en el índice final.
La revista "América Economía" explica al respecto que "realizó una encuesta entre economistas académicos de las principales universidades de los 18 países en medición, desde comienzos de noviembre hasta la primera semana de diciembre de 2014. Paralelamente, se aplicó la misma encuesta a los lectores". A ambos grupos se les pidió que puntúen de 1 (muy malo) a 5 (muy bueno) los siguientes desempeños de los ministros evaluados: a) estabilización macroeconómica (considera la estabilidad de los indicadores macroeconómicos del país y el manejo racional del gasto y endeudamiento públicos); b) políticas de desarrollo (considera las políticas de impulso al sistema financiero, la coordinación con la política monetaria y los avances en políticas tributaria y social); c) fortalecimiento institucional (considera las medidas para aumentar la transparencia de su ministerio, la influencia y el poder de negociación de ministros y sus colaboradores con los distintos grupos de presión, tanto externos como gubernamentales y políticos); d) atributos personales (comprende los siguientes atributos y competencias: transparencia, carisma, prestigio internacional, conocimientos técnicos, independencia, liderazgo, confiabilidad y seguridad); e) desempeño en general (comprende la visión de conjunto de los aspectos anteriores y recoge, además, la opinión de economistas que evalúan la gestión de uno o más ministros de otros países, aparte del propio).
No sólo el 20% del resultado del ranking está tomado de las fuentes del FMI -organismo sepulturero de la soberanía de nuestros países gracias a sus recetas económicas del desastre- sino que el 80% de la ponderación final del ranking es el resultado de la opinión estrictamente personal de los lectores y economistas consultados por la propia revista. La pregunta es ¿qué objetividad, imparcialidad o cientificidad podemos obtener de este tipo de mediciones? Claramente ninguna. No existe tal cosa como la objetividad científica. Pero lo que sí existe es la honestidad intelectual. En este sentido, el sociólogo alemán Max Weber consideraba que los juicios de valor del investigador debían hacerse explícitos con el objetivo de evidenciar cuales eran sus cosmovisiones personales, para esto era necesario "indicar al lector y a nosotros mismos cuando calla el investigador y comienza a hablar el hombre como sujeto de voluntad", esto es: cuándo se habla a través de la ciencia y cuándo se expresan las opiniones valorativas propias. Capítulo que deben haberse salteado los intelectuales de "América Economía".
Habiendo desentrañado de qué se trata este Ranking de Ministros de Hacienda y habiendo confirmado que sus fuentes provienen de las estimaciones del FMI y las opiniones de unos cuantos economistas y lectores ultraconservadores, el puesto número 17 -de un total de 18 lugares- que ocupa nuestro Ministro de Economía Axel Kicillof, constituye una excelente noticia.
La cuestión de fondo no pasa por lo que tienen para decir este tipo de índices y rankings que miden los desempeños de nuestro país bajo parámetros neoliberales, conservadores y antipopulares ya que cualquier conclusión a la que arriben será dada por tierra al instante gracias al prontuario de sus autores o a la inexactitud de sus fuentes. Lo que realmente buscamos remarcar son dos puntos fundamentales. Por un lado, pretendemos desenmascarar los atentados desinformativos que realizan las grandes cadenas mediáticas que poseen aún hoy un alto grado de poder en la Argentina. Un ejemplo de esto es lo que hace el diario La Nación al titular "Kicillof penúltimo en un ranking regional" en lugar de "Kicillof penúltimo en un ranking regional realizado por la revista América Economía en base a fuentes del FMI".
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http://nestornautas.blogspot.com.ar/2015/03/los-motivos-de-una-promesa.html
LOS MOTIVOS DE UNA PROMESA
Todavía no se asentó la polvareda que levantó Macri con su promesa de levantar el cepo cambiario desde el primer día de su mandato, y las aclaraciones, desmentidas y cuestionamientos que generó: que si dijo lo que realmente dijo, que si solo quiso dar un título para las radios (Melconián dixit), que se puede pero hay que generar confianza, que es un disparate.
Lo cierto es que mientras muchos se detuvieron (comprensiblemente) a analizar las consecuencias que traería la medida (mega-devaluación, aceleración inflacionaria, corrida cambiaria, transferencia de ingresos a favor de los sectores exportadores), no se reparó tanto en las causas del anuncio; que Santilli calificó (con menos cintura política que un paquete de yerba) de "prioridad del futuro gobierno del PRO".
Indagar al respecto supone aclarar que lo que coloquialmente se ha denominado "cepo" son un conjunto de medidas restrictivas de la adquisición de divisas, que el gobierno fue tomando desde el 2012 como consecuencia de la reaparición de la restricción externa (rasgo estructural de nuestra economía, pasado a segundo plano en buena parte del ciclo kirchnerista); frutos de diversas circunstancias: baja en las exportaciones por el menor dinamismo de la economía brasileña, caída de los precios de los commodities que exportamos, actitud especulativa del complejo sojero.aceitero al retener excedentes de cosechas sin comercializar, disminución del superávit comercial porque a eso se sumaron las crecientes importaciones de combustibles, pagos de la deuda con las reservas del BCRA, etc.
Entre esas medidas ya no se puede contar la prohibición de acceder a comprar dólares para ahorro (lo que fue el motor de los cacerolazos), porque hoy quien tenga sus ingresos blanqueados puede hacerlo; pero hay otro factor que ha sido desconsiderado en el análisis, sobre el cual leemos en El Cronista texto: "En plenas negociaciones para lograr que la administración de Cristina Fernández derribe las DJAI en cumplimiento con el reciente fallo de la OMC, Europa volvió a la carga contra las barreras comerciales que aplican varios países, entre ellos la Argentina, y sumó una nueva preocupación a las ya planteadas en anteriores oportunidades: la escasez de divisas que sufre el país agrava las restricciones para que las empresas europeas giren dólares, dividendos y regalías a sus países.
Así lo planteó la Comisión Europea en un informe dado a conocer ayer acerca de las "Barreras al comercio y la inversión Reporte 2015" de los seis principales socios comerciales del bloque: China, India, Japón, Mercosur (Argentina y Brasil), Rusia y Estados Unidos. Al referirse a la Argentina, el foco estuvo puesto en las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI); en las dificultades para girar divisas y, en tercer lugar, en los impuestos internos aplicados por el Gobierno para regular las importaciones de los autos de alta gama, barcos, aviones y motos.
Por otra parte, la Argentina continúa aplicando severas restricciones a la transferencia de divisas extranjeras, dividendos y regalías, situación que es aún peor debido a la creciente escasez de divisas", consignó el informe europeo." (las negritas son nuestras)
Tal como ha sido analizado en reiteradas oportunidades en éste blog (por ejemplo acá), la Argentina cuenta con un libérrimo régimen de inversiones extranjeras, fruto de la Ley 21.382 de la dictadura, empeorada durante el menemismo y aun no corregido; como consecuencia del cual las multinacionales que operan en el país gozan de amplísimas facultades para girar divisas a sus casas matrices en concepto de dividendos, regalías o distribución de utilidades.
En los últimos años y como consecuencia de la reaparición de la restricción externa, el gobierno ha venido cerrando ese grifo por el cual salen dólares del país, por diferentes vías: mayores exigencias para la integración de capital que respalde las operaciones en el país (como en el caso de los bancos extranjeros), cruzando controles para evitar la sobrefacturación de importaciones y la subfacturación de exportaciones (en éste caso las maniobras son lisa y llanamente ilícitas, para hacerse de dólares por "izquierda"), expropiando el paquete accionario mayoritario de YPF para invertir la tendencia del grupo Repsol a no invertir y sólo distribuir ganancias entre sus accionistas, o hacer valer sus participaciones accionarias (a través del FGS) en compañías que distribuyen dividendos y los giran al exterior, como el complejo Ternium-Siderar del Grupo Techint.
Cuando Macri promete levantar el cepo el primer día de su gobierno y dice que será posible porque "lloverán los dólares" que ingresarán al país, no está pensando en el pequeño o mediano ahorrista que pretende protegerse en dólares (al menos no al que lo hace sin temor a que se conozcan sus ingresos), sino en aquellos intereses extranjeros que comprometen futuras inversiones en el país (no necesariamente productivas), a condición de que puedan sacar de él todos los dólares que quieran, sin ningún tipo de restricciones.
Lo que supone que a mediano y largo plazo -y aun sin considerar las maniobras ilícitas de fuga de capitales- el flujo de capitales entre los que entran y los que salen (por ejemplo capitales especulativos de corto plazo que realizan ganancias rápidas y luego se evaporan, o inversiones productivas contra remisión de utilidades) terminará siendo claramente negativo para el país.
Por no mencionar que una devaluación abrupta (como sería necesaria para levantar el "cepo", haciendo converger el dólar oficial con el valor del "blue") abarataría los activos del país en dólares, brindando enormes oportunidades de negocios a capitales extranjeros para quedarse con empresas argentinas (como si ya no lo hubieran hecho lo suficiente); que pasarían así a ser controladas desde el exterior, y por ende presionadas para girar utilidades en moneda dura sus casas matrices.
Utilidades que en no pocos casos superan con creces el promedio de las que obtienen en sus respectivos países, porque ejercen posición dominante en el mercado local; y resisten toda práctica regulatoria que tienda a limitarlas.
Ni más ni menos que el viejo cuento de que los países periféricos financien a los centrales, o los ayuden a capear su propia crisis.
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3/20/2015
me aplastó ver este ránking, pero ya estaba duro mucho antes
Argentina: anteúltima en otro ranking semicolonial. ¡Enhorabuena!
Autor | Belen Ennis
18-03-2015 | Los cerebros al servicio de la semicolonia, empleados de las usinas ultraconservadoras que sus amos desparraman por toda América Latina, trabajan duro desde hace años. Saben que deben cumplir una misión importante: debilitar a los gobiernos populares de la región. A tales fines cualquier invento que contribuya a la desestabilización es bienvenido y, tal como hemos destacado en varias oportunidades, para cumplir esos objetivos ya no son tan necesarias las balas de plomo. En el siglo XXI los atentados contra los movimientos de liberación nacional de nuestra América Latina se realizan desde cómodos escritorios, lanzando misiles de tinta y celulosa.
Entre las últimas novedades en materia de inventos desestabilizadores encontramos el "Ranking de Ministros de Hacienda" elaborado por América Economía, una revista económica ideológicamente emparentada con lo peor del conservadurismo planetario. Se trata de un ranking regional de ministros de Economía que cataloga de mejor a peor a los funcionarios que desempeñan dicho rol en 18 países de América Latina y el Caribe. Nuestro Ministro de Economía, Axel Kicillof, se encuentra en el anteúltimo lugar mientras que el Ministro de Economía venezolano, Rodolfo Marco Torres, no puede más que ocupar el último puesto. Se preguntará el lector quién tiene el gran privilegio de ser el Ministro de Economía "Number One": Dulcidio De La Guardia, Ministro de Hacienda de Panamá; un país que desde el año 2007 hace muy bien los deberes según los requisitos del FMI.
No es de extrañar que las conductas económicas de dicho país sean el ejemplo a seguir. Recordemos que Estados Unidos encuentra en Panamá y en su famoso Canal una vía de negocios fructífera y barata entre el Océano Pacífico y el Atlántico. Tampoco sorprende la misma actitud por parte de los buenos alumnos del Imperio, ideólogos del establecimiento de la semicolonia por estos lares. A propósito, el diario La Nación -quien también replica en sus páginas el resultado del Ranking de Ministros de Hacienda bajo el título "Kicillof penúltimo en un ranking regional"- recomendaba a sus lectores, a través de una supuesta fuente y en el contexto de las más de 4.000 cuentas de argentinos no declaras en el HSBC de Suiza, que una opción válida podría ser "sacar la ciudadanía panameña para quedar fuera del radar de la AFIP".
A tono con lo anterior, la revista América Economía, madre del ranking de ministros al que hacemos referencia en este artículo, también felicita al buen alumno Panamá: "Dulcidio de la Guardia, ministro de Finanzas de Panamá. Un canal de prosperidad. (…) Con apenas cinco meses en la cartera, De la Guardia recoge los frutos de un país que, desde 2007, inició una ruta de apertura comercial y de atracción de inversión extranjera. A través de programas como Sedes de Empresas Multinacionales, que ofrecen (entre otras cosas) franquicias tributarias para instalarse en Panamá Pacífico y Zona Libre de Colón, el país logró atraer 112 compañías en siete años. En este lapso la inversión extranjera directa aumentó en 149,6%, según datos del FMI en dólares corrientes". Bajo este panorama queda bastante claro que los conceptos de independencia económica y de soberanía política no ponderan en las mediciones del Ranking de Ministros de Hacienda.
Volvamos a las cuestiones operativas y metodológicas de dicho ranking. Como habíamos destacado anteriormente, el mismo evalúa el desempeño de los ministros de finanzas o hacienda de 18 países de América Latina y el Caribe. Agregamos ahora que la gestión de cada ministro se registra mediante dos herramientas principales de medición. Por una parte, se toman los resultados macroeconómicos que estima el Fondo Monetario Internacional, entre los cuales se incluyen: a) ahorro nacional bruto como porcentaje del PIB; b) crecimiento porcentual del PIB, 2013-14; c) inflación 2014; d) deuda pública como porcentaje del PIB 2014. Cabe destacar que estos índices macroeconómicos del FMI representan el 20% de ponderación en el índice final del ranking. Por otra parte, la segunda herramienta de medición para calcular quién ha sido el mejor/peor ministro de economía parte de una encuesta realizada por la propia revista a economistas latinoamericanos y lectores afines. De manera insólita, los resultados de esta encuesta de opinión marcan el 80% de ponderación en el índice final.
La revista "América Economía" explica al respecto que "realizó una encuesta entre economistas académicos de las principales universidades de los 18 países en medición, desde comienzos de noviembre hasta la primera semana de diciembre de 2014. Paralelamente, se aplicó la misma encuesta a los lectores". A ambos grupos se les pidió que puntúen de 1 (muy malo) a 5 (muy bueno) los siguientes desempeños de los ministros evaluados: a) estabilización macroeconómica (considera la estabilidad de los indicadores macroeconómicos del país y el manejo racional del gasto y endeudamiento públicos); b) políticas de desarrollo (considera las políticas de impulso al sistema financiero, la coordinación con la política monetaria y los avances en políticas tributaria y social); c) fortalecimiento institucional (considera las medidas para aumentar la transparencia de su ministerio, la influencia y el poder de negociación de ministros y sus colaboradores con los distintos grupos de presión, tanto externos como gubernamentales y políticos); d) atributos personales (comprende los siguientes atributos y competencias: transparencia, carisma, prestigio internacional, conocimientos técnicos, independencia, liderazgo, confiabilidad y seguridad); e) desempeño en general (comprende la visión de conjunto de los aspectos anteriores y recoge, además, la opinión de economistas que evalúan la gestión de uno o más ministros de otros países, aparte del propio).
No sólo el 20% del resultado del ranking está tomado de las fuentes del FMI -organismo sepulturero de la soberanía de nuestros países gracias a sus recetas económicas del desastre- sino que el 80% de la ponderación final del ranking es el resultado de la opinión estrictamente personal de los lectores y economistas consultados por la propia revista. La pregunta es ¿qué objetividad, imparcialidad o cientificidad podemos obtener de este tipo de mediciones? Claramente ninguna. No existe tal cosa como la objetividad científica. Pero lo que sí existe es la honestidad intelectual. En este sentido, el sociólogo alemán Max Weber consideraba que los juicios de valor del investigador debían hacerse explícitos con el objetivo de evidenciar cuales eran sus cosmovisiones personales, para esto era necesario "indicar al lector y a nosotros mismos cuando calla el investigador y comienza a hablar el hombre como sujeto de voluntad", esto es: cuándo se habla a través de la ciencia y cuándo se expresan las opiniones valorativas propias. Capítulo que deben haberse salteado los intelectuales de "América Economía".
Habiendo desentrañado de qué se trata este Ranking de Ministros de Hacienda y habiendo confirmado que sus fuentes provienen de las estimaciones del FMI y las opiniones de unos cuantos economistas y lectores ultraconservadores, el puesto número 17 -de un total de 18 lugares- que ocupa nuestro Ministro de Economía Axel Kicillof, constituye una excelente noticia.
La cuestión de fondo no pasa por lo que tienen para decir este tipo de índices y rankings que miden los desempeños de nuestro país bajo parámetros neoliberales, conservadores y antipopulares ya que cualquier conclusión a la que arriben será dada por tierra al instante gracias al prontuario de sus autores o a la inexactitud de sus fuentes. Lo que realmente buscamos remarcar son dos puntos fundamentales. Por un lado, pretendemos desenmascarar los atentados desinformativos que realizan las grandes cadenas mediáticas que poseen aún hoy un alto grado de poder en la Argentina. Un ejemplo de esto es lo que hace el diario La Nación al titular "Kicillof penúltimo en un ranking regional" en lugar de "Kicillof penúltimo en un ranking regional realizado por la revista América Economía en base a fuentes del FMI".
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http://nestornautas.blogspot.com.ar/2015/03/los-motivos-de-una-promesa.html
LOS MOTIVOS DE UNA PROMESA
Todavía no se asentó la polvareda que levantó Macri con su promesa de levantar el cepo cambiario desde el primer día de su mandato, y las aclaraciones, desmentidas y cuestionamientos que generó: que si dijo lo que realmente dijo, que si solo quiso dar un título para las radios (Melconián dixit), que se puede pero hay que generar confianza, que es un disparate.
Lo cierto es que mientras muchos se detuvieron (comprensiblemente) a analizar las consecuencias que traería la medida (mega-devaluación, aceleración inflacionaria, corrida cambiaria, transferencia de ingresos a favor de los sectores exportadores), no se reparó tanto en las causas del anuncio; que Santilli calificó (con menos cintura política que un paquete de yerba) de "prioridad del futuro gobierno del PRO".
Indagar al respecto supone aclarar que lo que coloquialmente se ha denominado "cepo" son un conjunto de medidas restrictivas de la adquisición de divisas, que el gobierno fue tomando desde el 2012 como consecuencia de la reaparición de la restricción externa (rasgo estructural de nuestra economía, pasado a segundo plano en buena parte del ciclo kirchnerista); frutos de diversas circunstancias: baja en las exportaciones por el menor dinamismo de la economía brasileña, caída de los precios de los commodities que exportamos, actitud especulativa del complejo sojero.aceitero al retener excedentes de cosechas sin comercializar, disminución del superávit comercial porque a eso se sumaron las crecientes importaciones de combustibles, pagos de la deuda con las reservas del BCRA, etc.
Entre esas medidas ya no se puede contar la prohibición de acceder a comprar dólares para ahorro (lo que fue el motor de los cacerolazos), porque hoy quien tenga sus ingresos blanqueados puede hacerlo; pero hay otro factor que ha sido desconsiderado en el análisis, sobre el cual leemos en El Cronista texto: "En plenas negociaciones para lograr que la administración de Cristina Fernández derribe las DJAI en cumplimiento con el reciente fallo de la OMC, Europa volvió a la carga contra las barreras comerciales que aplican varios países, entre ellos la Argentina, y sumó una nueva preocupación a las ya planteadas en anteriores oportunidades: la escasez de divisas que sufre el país agrava las restricciones para que las empresas europeas giren dólares, dividendos y regalías a sus países.
Así lo planteó la Comisión Europea en un informe dado a conocer ayer acerca de las "Barreras al comercio y la inversión Reporte 2015" de los seis principales socios comerciales del bloque: China, India, Japón, Mercosur (Argentina y Brasil), Rusia y Estados Unidos. Al referirse a la Argentina, el foco estuvo puesto en las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI); en las dificultades para girar divisas y, en tercer lugar, en los impuestos internos aplicados por el Gobierno para regular las importaciones de los autos de alta gama, barcos, aviones y motos.
Por otra parte, la Argentina continúa aplicando severas restricciones a la transferencia de divisas extranjeras, dividendos y regalías, situación que es aún peor debido a la creciente escasez de divisas", consignó el informe europeo." (las negritas son nuestras)
Tal como ha sido analizado en reiteradas oportunidades en éste blog (por ejemplo acá), la Argentina cuenta con un libérrimo régimen de inversiones extranjeras, fruto de la Ley 21.382 de la dictadura, empeorada durante el menemismo y aun no corregido; como consecuencia del cual las multinacionales que operan en el país gozan de amplísimas facultades para girar divisas a sus casas matrices en concepto de dividendos, regalías o distribución de utilidades.
En los últimos años y como consecuencia de la reaparición de la restricción externa, el gobierno ha venido cerrando ese grifo por el cual salen dólares del país, por diferentes vías: mayores exigencias para la integración de capital que respalde las operaciones en el país (como en el caso de los bancos extranjeros), cruzando controles para evitar la sobrefacturación de importaciones y la subfacturación de exportaciones (en éste caso las maniobras son lisa y llanamente ilícitas, para hacerse de dólares por "izquierda"), expropiando el paquete accionario mayoritario de YPF para invertir la tendencia del grupo Repsol a no invertir y sólo distribuir ganancias entre sus accionistas, o hacer valer sus participaciones accionarias (a través del FGS) en compañías que distribuyen dividendos y los giran al exterior, como el complejo Ternium-Siderar del Grupo Techint.
Cuando Macri promete levantar el cepo el primer día de su gobierno y dice que será posible porque "lloverán los dólares" que ingresarán al país, no está pensando en el pequeño o mediano ahorrista que pretende protegerse en dólares (al menos no al que lo hace sin temor a que se conozcan sus ingresos), sino en aquellos intereses extranjeros que comprometen futuras inversiones en el país (no necesariamente productivas), a condición de que puedan sacar de él todos los dólares que quieran, sin ningún tipo de restricciones.
Lo que supone que a mediano y largo plazo -y aun sin considerar las maniobras ilícitas de fuga de capitales- el flujo de capitales entre los que entran y los que salen (por ejemplo capitales especulativos de corto plazo que realizan ganancias rápidas y luego se evaporan, o inversiones productivas contra remisión de utilidades) terminará siendo claramente negativo para el país.
Por no mencionar que una devaluación abrupta (como sería necesaria para levantar el "cepo", haciendo converger el dólar oficial con el valor del "blue") abarataría los activos del país en dólares, brindando enormes oportunidades de negocios a capitales extranjeros para quedarse con empresas argentinas (como si ya no lo hubieran hecho lo suficiente); que pasarían así a ser controladas desde el exterior, y por ende presionadas para girar utilidades en moneda dura sus casas matrices.
Utilidades que en no pocos casos superan con creces el promedio de las que obtienen en sus respectivos países, porque ejercen posición dominante en el mercado local; y resisten toda práctica regulatoria que tienda a limitarlas.
Ni más ni menos que el viejo cuento de que los países periféricos financien a los centrales, o los ayuden a capear su propia crisis.
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