Paul Krugman en los medios opositores

No importó nada de lo que dijo durante estos últimos diez años sobre Argentina cuando apoyó una y otra vez las medidas del gobierno y reclamó soluciones similares para Europa y EEUU.
Los grandes medios neoliberales pro-norteamericanos lo ignoraron casi por completo, salvo para fustigarlo una que otra vez pero ahora lo esgrimen como un iluminado arrepentido (¿en la línea de: "Yo fui K"?) que ha visto el engaño tras el modelo populista kirchnerista. Aquello que antes no pasaba de un comentario o nota perdida en cualquier edición es en esta oportunidad un destacado, como si de un logro se tratara al poder enarbolar la derrota de la línea económica del gobierno. Ni una derrota ni un quebrado, simplemente un realidad. Que ahora el modelo deba ser corregido no indica precisamente que todo lo anterior haya estado mal hecho. Los tiempos cambian y ameritan cambios, quizas la crítica que se puede hacer al gobierno es no haber cambiado algunas cosas a tiempo, pero atención! no deben confundirse estos medios y periodistas que se jactan de compartir la crítica porque acá no se trata de marchar ahora entregados al neoliberalismo en decadencia sino de encontrar las mejores alternativas para Argentina. El mismo Krugman aclara una y otra vez que las recetas no pueden ser las mismas para distintos países/momentos. No hay que caer en la tentación de creer que ante el fin de este modelo haya que volver atrás, sino tal vez todo lo contrario.
IXX-2014




Paul Krugman habla de la inflación en Argentina 


 (revista Li)  Fecha:  Hora: 12:07

El economista Paul Krugman afirmó que "la Argentina realmente parece tener mucho mayor inflación que aquella que el gobierno admite"

Paul Krugman
 
En su columna del New York Times, el premio Nobel de Economía señaló que "la Argentina tiene un déficit presupuestario persistente que se está monetizando porque carece de acceso a los mercados de capitales".

"¿Qué está pasando?", se preguntó Krugman, para luego responder: "Básicamente, Argentina que se ha beneficiado enormemente de las políticas heterodoxas después del colapso de su régimen de convertibilidad en el 2001-, se mantuvo siendo heterodoxa demasiado tiempo, y ahora está experimentando problemas clásicos de países en desarrollo, con un déficit presupuestario persistente que está monetizando porque carece de acceso a los mercados de capitales, lo que lleva a la inflación persistente y problemas de balanza de pagos".

Krugman luego argumentó con una advertencia: "Y si alguien empieza a gritar que estoy siendo incoherente al decir que el gasto deficitario y el blanqueo de impresión son un problema en la Argentina, porque esas son las mismas políticas que quiero en los EE.UU., la respuesta es, sí, son -porque los EE.UU. se encuentra en una trampa de liquidez, que sufren de persistente falta de demanda, mientras que Argentina se ha recalentado".

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Paul Krugman cuestionó el populismo, la emisión desmedida y la medición de la inflación en Argentina


Por: Rafael Blasi rblasi@infobae.com
El premio Nobel de Economía disertó en el Congreso de Responsabilidad Social que se desarrolla en Buenos Aires. El país "me preocupa", se podía leer como título del gráfico que presentó el periodista estadounidense

Crédito: Nicolás Stulberg
"Necesito decir algo sobre Argentina y sus dificultades actuales", afirmó el reconocido economista estadounidense Paul Krugman. "Es bueno preocuparse por la justicia social, por la desigualdad, por el estado de los trabajadores, por el destino de los pobres. Pero debe hacerse de una manera muy realista", argumentó.

"Que no significa que siempre debamos ser ortodoxos en la economía. Pero sí significa que a veces uno tenga que ser algo ortodoxo. En Argentina tenemos un país que era extremadamente no ortodoxo después de la catástrofe de 2001. Repudiaron la deuda, permitiendo la devaluación de la moneda y básicamente dijeron 'no vamos a sacrificar nuestra economía para conservar la convertibilidad y pagar la deuda', que no era razonable. Eso funciono muy bien", explicó el premio Nobel de Economía de 2008.

Y añadió: "El problema es que se mantuvo la heterodoxia durante demasiado tiempo con políticas distintas. Y a veces sí se necesita aplicar las reglas a la antigua. Eso es una historia vieja, se ha visto muchas veces".

"Hace más de 20 años un economista publicó un libro llamado 'Populismo macroeconómico'. Hablaba de la expresión de deseo según el cual no necesitamos preocuparnos sobre los déficits, no tenemos que preocuparnos para nada por confiar en la emisión de moneda. Y el autor no estaba en contra del populismo, porque un populismo bien hecho es bueno. Me encantaría que tuviéramos un poco más de populismo en Estados Unidos. Pero uno en un momento tiene que decir 'esperemos, nos fuimos demasiado lejos'. No me gusta ver que Argentina tiene algo de esto", declaró.

"LA INFLACIÓN OFICIAL ESTÁ MUY SUBESTIMADA"

"Sé que hay una gran controversia respecto de la inflación y quiero decir que conozco a la gente que hace el proyecto de Price Stats, que surgió en un intento de producir una medida independiente de la inflación de la Argentina. Y acá la tenemos", dijo Krugman al proyectar el polémico gráfico en todas las pantallas de la Sala Plenaria.



Krugman se tomó su tiempo para explicar la imagen mientras decenas de flashes de cámaras se dirigían hacia el escenario. "La línea azul es la medición oficial de la inflación y la medida naranja es la estimación de Price Stats. Yo no voy a jurar que sea correcto pero me tomo muy en serio el argumento de que la inflación oficial está muy subestimada y que Argentina tiene un problema clásico".

Paul Krugman es un economista y periodista estadounidense que fue reconocido con el premio Nobel de Economía en 2008. Integró el Consejo de Asesores Económicos en el gobierno de Ronald Reagan y fue un fuerte crítico de las medidas de George W Bush. Es uno de los columnistas más leídos del diario New York Times. Especialistas mundiales lo vinculan al neokeynesianismo.

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Argentina en default
Lunes 17 de noviembre de 2014 | Publicado en edición impresa

Good bye, Krugman

Por Jorge Oviedo | LA NACION
Mail: joviedo@lanacion.com.ar    |   Ver perfil

La presidenta Cristina Kirchner , haciendo reposo; el ministro Kicillof , viajando a bordo de un jet privado de lujo y gastando el dinero que el país no tiene. Ninguno de los dos pudo estar presente -por suerte para ellos- para escuchar a uno de sus ¿otrora? dilectos economistas. El premio Nobel Paul Krugman, el heterodoxo, el keynesiano. Estuvo en el país y habló en público en II Congreso Internacional de Responsabilidad Social y dijo -aunque no con estas palabras- que la Argentina una vez más repite la historia. Que si alguna vez abusó de los remedios ortodoxos, ahora se le fue la mano con la dosis de heterodoxia.

Krugman hace rato que lo dice. Que no siempre se puede emitir moneda sin respaldo para financiar déficits sin que se termine en un episodio inflacionario. El seminario fue el viernes por la tarde, pero desde la mañana ya había una nota anticipatoria en su blog en The New York Times. Que comienza (está allí todavía, http://krugman.blogs.nytimes.com/2014/11/14/inflation-truth-really/module=BlogPostTitle&version=Blog%20Main&contentCollection=Opinion&action=Click&pgtype=Blogs®ion=Body en inglés, claro) criticando a Paul Singer "el buitre", según la definición del gobierno argentino. ¿Por qué? Por decir que las estadísticas de inflación de los Estados Unidos, que dan un número muy bajo, están falsificadas.

Hasta allí todo bien. El problema es que luego el bueno de Paul se la agarró con la Argentina y contó que, ciertamente, las cifras de inflación oficial -aunque muchísimo más altas que las de los Estados Unidos- no son creíbles.

Krugman cita el trabajo de inflacionverdadera.com (fundado por Alberto Cavallo, hijo del ex ministro), que derivó nada menos que en un esquema que ahora desde el prestigiosísimo MIT permite contrastar estadísticas oficiales de precios con información de precios de millones (literalmente) de otras fuentes. El resultado es que a las cifras oficiales de los Estados Unidos les sigue dando bastante bien, para dejar a Singer sin argumentos serios, mientras que a la Argentina se la ve cada vez menos seria.

¿De quién es la culpa? Según Krugman, del exceso de gasto, del déficit fiscal financiado con impresión de dinero. ¿Se volvió partidario de los buitres? Los primeros párrafos de este artículo alejan esa sospecha tan atractiva para las conspirativas mentes kirchneristas.

¿Acaso no es Krugman el mismo que aconseja que los Estados Unidos sigan imprimiendo y con déficit para salir de la recesión? Él mismo lo aclaró en su blog: ¡obvio! Porque los Estados Unidos están en una "trampa de la liquidez" (se ruega a Kicillof releer a Keynes), que es aquel caso en el que los privados, aterrorizados del mercado y confiados en su moneda, no gastan dinero aunque se lo regalen porque creen que pronto valdrá más y los bienes y servicios, menos.

La Argentina, dijo Krugman, está en la situación contraria. Con una economía "sobrecalentada". A los privados el dinero les quema en las manos. Saben que pronto valdrá menos y los bienes y servicios, mucho más.

Lástima que cuando baje del lujoso jet el ex heterodoxo Kicillof no podrá consultar personalmente a Krugman. El economista, periodista y bloguero se volvió corriendo a los Estados Unidos para llegar con lo justo a ver unas presentaciones de su admirada Suzanne Vega y también contarlo en su blog en una interesante entrada.

Krugman no cambió súbitamente. En su libro End This Depression Now!, publicado aquí hace más de un año como ¡Acabemos ya con esta crisis!, discutió acerca de los efectos inflacionarios de la emisión monetaria. "Todo el mundo sabe que, por norma general, imprimir grandes cantidades de dinero resulta en efecto un factor inflacionario". Y explicó que sólo cuando hay trampa de liquidez no resulta así. Nada nuevo, es lo que dijo Keynes.

El equipo económico parece interesado en otras antigüedades: las que no funcionaron. Cepos, restricciones a las libertades y persecuciones.

Ayer, por intermedio de uno de sus habituales voceros de uno de los medios del aparato paraestatal, difundieron la amenaza de estatizar "un gran banco" de capital nacional al que acusan de fogonear corridas cambiarias.

Si el terror fuera la solución, hace 25 años los alemanes del Oeste habrían derribado el Muro de Berlín para huir al comunismo. Fue al revés. Los oprimidos por el terror y el totalitarismo huyeron a la libertad. La pregunta es si Kicillof no sólo dejó de ser austero y keynessiano, sino si también abandonó la democracia..

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